La precariedad con que desarrollan sus labores los trabajadores portuarios, dan cuenta que el sistema laboral hace agua en la región. En Puerto Angamos, por ejemplo, los operarios se alimentan ante la exposición de metales pesados y otros contaminantes; quienes trabajan en la grúa deben orinar en botellas pues no tienen tiempo para ir al baño y por último, algunos deben esperar varias horas a la intemperie antes que el bus pase a buscarlos.
Es fácil hacer la vista gorda. En Antofagasta hay opciones laborales donde se ganan sueldos mucho más allá del promedio nacional, pero también existen trabajos como el expuesto. La visibilidad de las condiciones laborales en Mejillones se logró a través de una huelga.
El dilema reveló que los organismos que fiscalizan o supervisan las condiciones laborales, sea la inspección del trabajo o la secretaría regional no están haciendo bien su trabajo. La sospecha es la acción de un lobby entre la empresa y los organismos.
En la minería las condiciones laborales de los trabajadores no son tan insuficientes. Aquí el problema radica en la seguridad. Durante 2012 hubo 10 muertos en faenas, sin contar los accidentes en las carreteras.
Sin embargo las enfermedades profesionales son las que diezman a los obreros de la minería. El dirigente minero Agustín Latorre, dice que Codelco reconoce el drama de las enfermedades profesionales, a diferencia de las mineras privadas. A juicio de Latorre las mineras privadas trabajan en conjunto con mutuales que encubren el problema. Las mineras privadas, a simple vista, casi no tienen enfermedades profesionales.
A la vez, no se puede pedir demasiado en un país que es gobernando por un empresario. Nuestro gobierno privilegia a la empresa y al desarrollo de ésta, en desmedro de los trabajadores. Hay creación de puestos de trabajo, pero con salarios mínimos. La extensión de estas ideas bajo otro mandato sería nefasta.
foto: Seba Rojas.