La irrupción de un grupo como Lumpenuza ha sido una gran noticia para la escena musical del país. Y es más sorprendente aún que sean de Antofagasta. Sin duda su primer álbum homónimo -con su carátula directa- es una gota de oxígeno en un cada vez más predecible y precario panorama musical en la ciudad, y me atrevería decir que en el país.
Lumpenuza integra la tradición más setentera de grupos como “Arenas Movedizas” o los “Blops”,
con la nueva poética urbana que se desarrolla paralelamente al mainstream nacional -principalmente el hip hop- , sacando la médula de lo que sienten los jóvenes desplazados y ansiosos de escuchar algo o alguien que de verdad los interprete. Conversando con Manuel, su vocalista y principal letrista, descubrimos la posición que el grupo toma ante una realidad partida en Antofagasta.
“Nosotros nos desarrollamos al margen de todo, todos con papás separados, todos sin estudios formales de música y todos con grandes ganas de decir lo que se nos venga en gana, pero decirlo bien”. Aunque estas palabras pueden sonar un tanto altaneras, al preguntarle por la carátula de su primer cd editado y producido por el sello “Rompeholas”, podemos dimensionar la línea estética de la agrupación, y la coherencia de su propuesta artística.
"La foto de portada del cd la tomó el Ripio –baterista- en la avenida Brasil, es una paloma aplastada por los autos que pasan sobre ella sin darse cuenta, nos gustó porque simboliza cómo vive la mayoría de la gente en antofa, aplastada por la furia compradora de la minería y de sus lacayos, y también porque las palomas son sucias, están llenas de enfermedades y se comen el trigo del puerto, son una plaga, como nosotros que buscamos despertar el germen y la rabia que habita los corazones de los antofagastinos que no alcanzan a ver esa riqueza de la que tanto se habla pero que no se ve en el diario vivir, es cosa de mirar y pasear por el centro en la noche para ver cuánta basura acumulamos y cuan egoístas y pequeños somos al no tener la dignidad mínima de tener limpio el centro de nuestra ciudad”.
Ripio agrega a esta reflexión que le han dicho que son punk, pero lo niega al instante. “No somos algo, no sabemos lo que somos, como nuestra ciudad, donde el municipio hace concursos de banderas para buscar identidad mientras su patio continuo, como lo es playa paraíso, está lleno de basura, esa quizás sea nuestra mejor bandera, nosotros hacemos música y si nos escuchan, sobre todo los jóvenes, estaremos felices, porque es la confirmación de que lo que hacemos no es en vano”.
El compacto de Lumpenuza contiene 10 tracks donde llama la atención que sus letras hablen de Antofagasta sin tapujos, pero que a la vez suene como un grupo que podrían escuchar y hasta bailar en cualquier parte del mundo. Sin duda este atributo es el acierto más importante del grupo.
Ripio nos explica que no hubo intención en ese logro y que recién se percataron cuando los contactaron desde España para saber de ellos. “Al principio nos pusimos a tocar mientras Manolo palabreaba sobre las improvisaciones, luego fuimos cuajando hasta llegar a las canciones, no se nos ocurrió poner nuestra música en youtube o soundcloud u otro receptáculo en la red, sino que enviamos algunos temas a algunos grupos que nos parecieron interesantes para ver qué pasaba, y nos respondieron muy animadamente por nuestra música desde España y Suecia, de ahí, en una vuelta bien extraña Rompeholas nos contactó por recomendación de estos grupos amigos”.
-¿Por qué le pusieron Lumpenuza?
-Porque es la mezcla de lumpen y lolapalooza .
Finalmente preguntamos a Lumpenuza si piensan quedarse en Antofagasta o intentar una carrera nacional o internacional como lo han hecho algunos grupos de la ciudad. Meme –bajista- nos aclaró de inmediato que irán donde alcancen a ir. Manuel fue más allá y expresó su amor, a pesar de todo, por su tierra y que su lucha estará siempre acá. “No me veo para siempre fuera de Antofagasta, si tenemos que viajar viajaremos, quién no querría, pero el regreso es acá, en estos momentos nos hacemos cargo del apartheid antofagastino y lo denunciamos porque aquí algunos lugares son mejores y otros, como un acantilado impasable, son vivibles solo desde la miseria cotidiana”.
Ripio concluyó por el grupo, que se completa con Greta en teclados y bases, que sería interesante que en Antofagasta los artistas pudieran o buscaran ser antofagastinos y nacionales y si se puede universales, que sólo esa opción es la que de verdad pondrá a la ciudad en su dimensión humana y geográfica en el mapa del mundo, “al estilo de Rivera Letelier, pero con más punche, sin vergüenza al presente y con una potente fuerza de voluntad para no caer en el baño oportuno de las monedas de cobre que nos ofrecerán”.