He asumido la tremenda osadía (o el mayúsculo desatino) de enviarte este correo, en cuyo contenido planteo una modesta sugerencia para hacer notas de relevancia periodística, como una alternativa al reporteo diario de informaciones y noticias, que conforman la pauta regular del La Estrella del Norte.
Esta vez me permito hacer una propuesta, planteada desde una perspectiva ambientalista, referida a la protección de nuestros recursos hidrobiológicos marinos.
Se trata del nulo respeto a las tallas mínimas, establecidas para tales efectos en una cartilla -publicada por el Servicio Nacional de Pesca- y que determina los parámetros biométricos que permitan la explotación sustentable de los recursos hidrobiológicos. Vale decir, concuerda con los períodos reproductivos, tiempos de veda, áreas en que se permite la explotación y otras variables que tienen un sustento científico, obviamente.
Dos botones de ejemplo, referidos a la ictiofauna pelágica. El jurel (trachurus murphy) es la especie más complicada desde el punto de vista de su sustentabilidad como especie apta para el consumo humano. Ya no existen ejemplares adultos en las poblaciones que conforman el stock de cardúmenes pelágicos. (Los llamábamos “pavos” en nuestros años juveniles y pesaban hasta cinco kilos). Hoy solo se capturan cardúmenes compuestos por individuos juveniles, con estadios desarrollo distantes de alcanzar tallas reproductivas.
Verbigracia: nos estamos comiendo los pollos.
Así nunca tendremos gallinas, menos tendremos huevos… Por lo tanto, la especie está en peligro, ya que no hay repoblamiento con nuevas cohortes.
Lo mismo sucede con la cojinova (Serioella violácea). Sin ponerle ni quitarle una coma. La exterminaron de las aguas antofagastinas, golfo al que ingresaban a desovar en la temporada de invierno geográfico pleno. Entonces, las embarcaciones pesqueras artesanales, mediante redes de enmalle, capturaban cifras tales que nunca representaron un peligro para los stocks de cardúmenes. Pero llegaron las goletas pesqueras con redes muy altas y las capturaron TODAS… Porque esta especie tiene una conducta reproductiva muy especial. Conforman un gran cardumen, donde las hembras son rodeadas por los machos, esperando que estos viertan su contenido seminal al agua. Pues bien, cuando se hallan en esta actitud reproductiva son absolutamente vulnerables, porque estos peces no se desplazan y son detectados por el sonar y el ecosonda como un “cardumen fijo”, que es atrapado sin ningún inconveniente.
Verbigracia: Es como exterminar a los recién casados, que no alcanzan a formar una prole. ¿Queda clarito el ejemplo?
Pero… Aquí viene lo de Perogrullo. Parece un chiste tragicómico: Resulta que quisieron enmendar el error y prohibieron la pesca de la cojinova en aguas de la Segunda Región con redes de cerco “anchoveteras” o “sardineras”. Se dispuso una malla (entre nudos) de seis pulgadas, que permitiera a los individuos juveniles escapar del cerco. Ninguna embarcación contaba con tales aperos de pesca… Pero siguieron llegando cojinovas al mercado local…
¿Cómo así…?
Goletas pesqueras provenientes de Caldera (pero que fondeaban en Chañaral), ingresaban a nuestras aguas, pescaban nuestras cojinovas, las llevaban a Caldera o Chañaral y después las enviaban a Antofagasta en camiones frigoríficos, a un precio el triple de lo que costaban originalmente. Lo del precio es un elemento distractor, porque el meollo del asunto es que la captura nunca se detuvo y se continuó con la expoliación del recurso.
Capítulo especial merece el caso de la albacora (Xiphius gladius).
Te cuento:
En mis años mozos, la albacora se capturaba mediante lanzas y un arpón, dotado de una flecha arrojadiza, que se ataba a una larga cuerda.
¿Te das cuenta…?
Este era un método selectivo, porque solo se “lanceaban” ejemplares grandes. Vale decir aquellos que podrían ofrecer un blanco visible. De este modo, capturábamos albacoras de 250 ó 300 kilos y los individuos juveniles “se salvaban” porque era muy difícil darles un “arponazo”.
Hoy la cosa es diferente y encierra un alto riesgo no sólo para la albacora. La captura es mediante redes boyantes (flotantes) que capturan ejemplares de todos los tamaños, incluyendo individuos INFANTILES. Como lo lees, ejemplares tan pequeños que no sobrepasan los diez o doce kilos de peso. Pero eso no es todo: dado que estas artes de pesca (redes boyantes) no son selectivas, capturan cientos de ejemplares de “Pez Sol”, “Pez Emperador” y muuuuchos delfines. Ninguna de estas especies es apta para el consumo humano, de modo tal que son arrojadas a los tiburones.
(Y así nos vamos farreando la ictiofauna… Nuestros recursos… Los recursos del mañana inmediato)
¿Eso es todo…. Dices tú?
Veamos… Hay más aún.
Los ostiones del banco de “La Rinconada” (Argopecten purpuratus) son explotados diariamente –en jornadas nocturnas- por todos los buceadores que tienen sus botes fondeados en la caleta “La Chimba”. Y todas las autoridades del vértice “C” del triángulo isósceles de nuestro gobierno regional-provincial-comunal, lo saben, lo aprovechan y…. ¡Bueno!
Te puedo dar el nombre del buceador que provee al Concesionario del Casino de Oficiales de Carabineros… Y hace un tiempo asistí como invitado a una reunión comida del Rotary Club y sirvieron ostiones… ¿Es suficiente…?
Entonces te doy el nombre del buceador que provee a los Rotarios, que tienen ostiones en sus sesiones-cena de los miércoles en la Pérgola de la Amistad.
¿Las cholgas? (Aulachomya Ater). ¿Has visto el tamaño?
Fíjate bien lo que te voy a decir…
Cuando niño, yo y todos los niños de mi edad (que apenas están en los 60 y tantos), sabíamos que no se podía comer mariscos en los meses sin “r”. ¿Por qué? Porque están “amargos”, producto de su estado de recuperación, después del proceso reproductivo de la temporada anterior (gónadas reducidas a cero, tejido hepático infra desarrollado, textura muscular reducida a su mínima expresión). Corolario: desde mayo, junio, julio y agosto (meses del año sin la letra “r”) no se debe comer mariscos, especialmente los bivalvos.
Anda y ve en el mercado. Hay almejas y cholgas todo el año.
Entonces, los bancos de bivalvos se explotan todo el año, sin darles tiempo a repoblarse. Y las capturas incidentales son tremendamente alarmantes. Vale decir, que entre pocas cholgas adultas, hay muchísimos ejemplares pequeños, casi de tamaño larvario.(…Que mueren irremediablemente…)
Hablar de los “locos” (Concholepas concholepas) es un tema que llenaría páginas y páginas. Hay dos organizaciones que operan en Antofagasta; ambas proveen de los locos de tallas pequeñas a los restoranes y casinos locales. Los excedentes de pequeñas dimensiones los comercializan en los alrededores del Terminal Pesquero, mediante la venta al detalle. Son estos vendedores los llamados “de sacrificio”, porque son elementos “distractores” en la estructura de explotación – comercialización – EXPORTACION. Son estos personajes a los que -cada cierto tiempo- los detienen, los filman, muestran los decomisos, mientras grandes embarques salen al extranjero (Perú) con una vergonzosa complicidad de quienes tienen la misión de proteger que esto ocurra.
¿Y las algas?
Ese es un capítulo aparte. Ya nadie recoge algas que vara el mar. Ahora están siendo taladas en todas las playas de la Región de Antofagasta. Desde Caleta Loa hasta cerca de Pan de Azúcar… Son miles de “algueros” que utilizan garfios, arpeos y “chuzos” para arrancar de cuajo las algas (Lessonia nigrescens –Machrocystis integrifolia). Algas que conforman el nicho ecológico que comparten con erizos, lapas, jaibas, apretadores y otras especies del ecosistema intermareal y submareal. Verbigracia: Estamos cortando los árboles…. Luego se van a ir los pajaritos, los insectos, los arácnidos, hasta que quede solo la nada… La nada misma.
Con los pulpos (Octopus sp.) sucede algo similar. Días antes de abrirse la veda anual, ya hay buceadores expoliando los intersticios submareales que conforman su habitat. Los capturan y los “apozan”. ¿Qué ocurre después?
El primer día de apertura de la veda, la autoridad se muestra orgullosa, ufana, casi exultante. La prensa (nuestra prensa) elogia la capacidad extractiva de nuestros buzos. (Aquí está el elemento “distractor”). Pero nadie repara en las cifras de captura. El recuento muestra que en el primer día, un buzo extrajo 450 pulpos en tres horas de inmersión. (Ese es el promedio de todos… ¡Sorprendente!
Si se hace análisis matemático elemental, quiere decir que en 180 minutos fue capaz de extraer más de dos pulpos por minuto. ¡Imposible, mi querido Rodrigo…!
¿Cómo se puede sustentar tamaña falacia?
¿Te das cuenta…?
Hay mucho que reportear. Tarea que puede emprender desde tu tribuna.
Pero es algo que la comunidad debe saber… Y ello es tarea de la prensa.
Ahora bien. Sé que lo primero que salta es preguntar al Doctor Guerra de la Universidad de Antofagasta. Es mi condiscípulo, mi vecino por largos años y con el cual tuve el agrado de trabajar y compartir muchos de sus amplios conocimientos.
Pero…
La Universidad, la Facultad de Recursos del Mar y el equipo académico están “atados de manos”. Por ello, el rigor científico tiene mis válidos cuestionamientos. Tú sabes que hay empresas que apoyan la investigación en las Ues. Pero con la condición sine qua non que los resultados de las investigaciones no deberán afectar a aquellas empresas, porque se deja de financiar esos proyectos de investigación. Ese es el “intríngulis” que condiciona la verdad científica. ¡Y la somete…!
¡La verdad termina sometiéndose (¿vendiéndose?) a quien la financia…. ¡Ufff…!
Por eso estimo que la prensa –mediante los reportajes denuncia- tiene la misión de desenmascarar estas verdades ocultas por un sistema corrupto, (agiotismo y nepotismo de por medio). Con dolosas colusiones, con acciones que rayan en el umbral de la vergüenza… Que oscilan entre el delito y la anuencia de quienes lo permiten (o simplemente, no lo impiden).
Esa es mi intención, mi amigo Rodrigo.
“Desmoldar” este periodismo actual, cotidiano, plano, demasiado formal, escasamente atrevido… ¿Es esta la formación que les entregó la Universidad? ¿Es que la UCN está formando periodistas de oficina pública, para un periodismo panfletario y de emisión de boletines?
Me preocupa la esencia del problema, porque como educador, la mirada mía apunta a los académicos, que tienen escasa renovación y siguen anclados –amarrados con cadenas- a los paradigmas obsoletos del periodismo de mediados del siglo pasado.
Y me duele comprobar (porque he alternado con muchos de los periodistas jóvenes) que son profesionales muy limitados. Sin temor a equivocarme, creo que son profesionales que –en su máxima expresión- pueden armar un “diario mural escolar”. Con grandes vacíos en su formación. Con graves falencias en su instrucción… Y con una ausencia total de pasión por el periodismo.
Sean –empero- válidas y respetables todas las excepciones, que sí las hay.
Pero son exactamente eso: excepciones.
Aunque esto puede ser tema de otra nota… Que espero no te incomode.
Verba volant, scripta mannent (“Las palabras las lleva el viento, lo escrito permanece” –reza la expresión latina).
Ahora bien. Si esta nota no da para inquietar al equipo de prensa, por lo menos que la lean, la discutan, la analicen. Que puedan recoger un mínimo de provecho del tenor de todo lo que expongo. Que se informen, para conocer realidades ocultas que nos socavan y que –a la larga- terminarán afectándonos…
Que ejerzan un periodismo “más allá del habitual y formal periodismo”
(…Creo yo )
Nos estamos viendo, en cualquier recodo del camino de esta vida….