Amaro Gómez-Pablos, el mismo, rubio, alto, tipo novio de Barbie cuarentón, y con su eterno envoltorio tono caqui de reportero de guerra en el desierto, periodista, llega al hotel para saludar a su amigo de andanzas bélicas y luego ir almorzar con éste. Nuestro entrevistado, Guillermo Galdós, el amigo de Amaro, arribó con hambre al Puerto y piensa en unos loquitos al pilpil, en una copa de vino blanco helado y en la terraza de un resto mirando al mar.
Son pasadas las 15.30 horas y si no almorzaste, lo peor que te puede suceder es que un reportero te esté esperando para una entrevista. Señoras y señores, compadezcan al señor Galdós.
Guillermo Galdós, periodista, colega, peruano con acento mexicano, nuestro entrevistado, consagró dos años de su vida a seguir al narcotraficante mexicano y líder del cartel de Sinaloa, el criminal internacional, el ex más buscado del mundo, Joaquín Chapo Guzmán. La obra quedó plasmada en el documental “La leyenda del Chapo”. Claro, dos años de su vida que pudo dedicarlos a una serie de otras investigaciones reporteriles, o, quizás, a ver pasar la vida de la ciudad en un escritorio, en la redacción de un periódico de provincia. Dos años en que el esquivo Chapo Guzmán ni siquiera se le presentó, para su suerte.
El hombre al que le preguntaremos por el Chapo, mide 10 centímetros menos que su amigo Amaro, quien está apoyado en el borde de la terraza del hotel, dando la espalda al puerto de Valparaíso y al océano.
Galdós posa para el fotógrafo mientras las gaviotas chillan agudo por sobre nuestras cabezas. Amaro, en tanto, nos cuenta que conoció a Galdós en Irak. Ambos cubrían la post guerra, que al final era una pura y santa guerra solapada. Y que pronto, ambos, partirán al Amazonas para ubicar tribus desconocidas, o sea, serán los primeros hombres del mundo civilizado que la tribu percibirá. Para la tribu será algo parecido a un contacto con alienígenas. El fotógrafo suelta a Galdós. Nos replegamos a un rincón con sombra, en una terraza donde lo que menos hay es sombra. Se produce una estrechez incómoda entre entrevistado y entrevistador.
Y tras un diálogo sobre bondades de los mariscos de Valparaíso, Galdós me responde si vale o no la pena consumir el tiempo en el Chapo: “El tiempo no está invertido en el Chapo -aclara, gesticulando-, sino en tratar de probar que la política antidrogas actual no funciona. Y lo que queremos probar con el documental era que sí se sabía dónde estaba el hombre más buscado del mundo”.
-Usted tuvo una postura crítica hacia la entrevista de Sean Penn al Chapo.
-Él es un excelente actor y cualquiera que quiera hacer periodismo puede hacerlo, si hace las preguntas correctas. La entrevista no me pareció porque no refleja la magnitud de asesino que es el Chapo, pues es uno de los criminales más grandes del mundo.
-A propósito de Sean Penn, ¿usted es de los que cree que Hollywood idealiza a los narcos?
-Sí. Hemos visto también que Netflix saca la serie “Narcos”, las narconovelas son un éxito en Chile y el continente. Hay una fascinación con el narcotráfico, pero creo que la idea del narco, de las mujeres tipo barbies, del tipo empistolado, ya pasó un poco de moda.
Narco bancos
-¿Cómo pasó de moda el narco armado?
-En México sí se puede ver gente armada, pero esos son los operadores. El narcotráfico en realidad está en los bancos, en las grandes empresas, en las grandes firmas de abogado que son quienes permiten que personas como el Chapo pueda llegar a donde llega. El Chapo tiene segundo año básico, ¿tú crees que alguien así puede llegar dónde está? Se puede, pero con la colaboración de la policía corrupta o de las autoridades. De ahí que el sistema financiero juegue un rol importante y eso es algo que me parece una hipocrecía completa del mundo con el tema. Estamos metiendo presos a gente con un gramo de cocaína o que fuma marihuana, sin embargo, a los grandes banqueros que lavan la plata y las grandes empresas no les sucede eso. Cuando suceda eso, yo voy a creer que se está luchando contra las drogas realmente.
Amaro mira el reloj. Galdós mira a Amaro. Hay una mirada cómplice entre ambos.
-¿Cuán ególatra es el Chapo?
-No. Él es una persona a quien no le gustan los medios, pero aquí el contacto es Kate del Castillo, quien es la actriz mexicana más conocida en Estados Unidos y el Chapo siente una fascinación hacia ella.
-
Las mujeres son su debilidad.
-(Galdós se toca la pera) Sí, las mujeres son su debilidad, pero el Chapo, en general, es callado. Es un campesino con poca educación y el lenguaje que utiliza es acotado.
A estas alturas, las respuestas de Guillermo son más abreviadas y rápidas.
-¿Cree que el show mediático de ISIS con las decapaticaciones tapa hoy lo que sucede en México?
-Los mexicanos empezaron a cortar cabezas antes, pero una cosa: el cartel de Sinaloa no cortaba cabezas. Los Zetas eran sanguinarios y ellos comenzaron. Al final eso de las decapitaciones es la globalización del terror, entonces cuando vieron que eso tenía un impacto lo empezó a usar ISIS.
-¿Cómo ve el mapa actual narco en México?
-Hay doce carteles en México ahorita. México tiene la mala y buena suerte de tener la frontera con el país más rico del mundo y el país consumidor de droga más grande del mundo y eso ha hecho que México sea una plataforma para enviar drogas y eso no parará, aunque se pongan murallas. Lo que te puedo decir es que por el hecho que arrestaran al Chapo, Estados Unidos no dejará de recibir coca.
-¿Se ha sentido amenazado alguna vez?
-Me han amedrentando, no por la gente que he filmado, sino por los enemigos de la gente que entrevisté. Si alguien te quiere hacer daño, te lo van a hacer, no te van a amenazar. Yo le tengo más miedo a los delincuentes de cuello y corbata que a los delincuentes armados.
Galdós se mueve. Le digo al entrevistado que le haré un par de preguntitas más. Entiendo que tiene hambre. Mientras tanto Amaro toma sol.
-¿Le han ofrecido escribir un libro de su experiencia?
-Estoy escribiendo un libro.
-¿Qué piensa de Roberto Saviano, autor de “Gomorra”, a quien por escribir lo amenazaron de muerte?
- Yo no acuso con el dedo a las personas como Saviano, porque no soy policía. Yo soy periodista. Él dio nombres y apellidos. Yo no apunto con el dedo (repite). Trato de mostrarle a la gente la ridiculez e hipocresía en que vivimos, pues el costo de la droga no ha sido bajar la producción ni en subir el precio, sino que ha sido un costo humano tremendo para la región y ha recorrido de México hacia Chile. La droga es un problema de salud pública y no policial.
-¿Fuma de vez en cuando marihuana?
-He fumado. Me parece mucho menos dañina que el alcohol.
-¿Y la cocaína?
-Es una droga dura. Para mí la droga es una elección personal. Si te gusta meterte drogas al cuerpo es algo personal, mientras no se le haga daño a nadie. ¿Quien es el Estado de un país para decirle a la persona qué se puede tomar y no? El problema es que el alcohol está permitido. Si uno va a un bar de marihuana y otro de borrachos, seguro que tendrás menos problemas en el bar de los marihuaneros.
A nombre de La Estrella, le doy las gracias a Guillermo Galdós por sus minutos.
“¿Para dónde van?”, le pregunto a Amaro. Me responde con su clásico seseo que se dirigirán a comer mariscos a un buen restorán de Valparaíso.
Son pasadas las 15.30 horas y si no almorzaste, lo peor que te puede suceder es que un reportero te esté esperando para una entrevista. Señoras y señores, compadezcan al señor Galdós.
Guillermo Galdós, periodista, colega, peruano con acento mexicano, nuestro entrevistado, consagró dos años de su vida a seguir al narcotraficante mexicano y líder del cartel de Sinaloa, el criminal internacional, el ex más buscado del mundo, Joaquín Chapo Guzmán. La obra quedó plasmada en el documental “La leyenda del Chapo”. Claro, dos años de su vida que pudo dedicarlos a una serie de otras investigaciones reporteriles, o, quizás, a ver pasar la vida de la ciudad en un escritorio, en la redacción de un periódico de provincia. Dos años en que el esquivo Chapo Guzmán ni siquiera se le presentó, para su suerte.
El hombre al que le preguntaremos por el Chapo, mide 10 centímetros menos que su amigo Amaro, quien está apoyado en el borde de la terraza del hotel, dando la espalda al puerto de Valparaíso y al océano.
Galdós posa para el fotógrafo mientras las gaviotas chillan agudo por sobre nuestras cabezas. Amaro, en tanto, nos cuenta que conoció a Galdós en Irak. Ambos cubrían la post guerra, que al final era una pura y santa guerra solapada. Y que pronto, ambos, partirán al Amazonas para ubicar tribus desconocidas, o sea, serán los primeros hombres del mundo civilizado que la tribu percibirá. Para la tribu será algo parecido a un contacto con alienígenas. El fotógrafo suelta a Galdós. Nos replegamos a un rincón con sombra, en una terraza donde lo que menos hay es sombra. Se produce una estrechez incómoda entre entrevistado y entrevistador.
Y tras un diálogo sobre bondades de los mariscos de Valparaíso, Galdós me responde si vale o no la pena consumir el tiempo en el Chapo: “El tiempo no está invertido en el Chapo -aclara, gesticulando-, sino en tratar de probar que la política antidrogas actual no funciona. Y lo que queremos probar con el documental era que sí se sabía dónde estaba el hombre más buscado del mundo”.
-Usted tuvo una postura crítica hacia la entrevista de Sean Penn al Chapo.
-Él es un excelente actor y cualquiera que quiera hacer periodismo puede hacerlo, si hace las preguntas correctas. La entrevista no me pareció porque no refleja la magnitud de asesino que es el Chapo, pues es uno de los criminales más grandes del mundo.
-A propósito de Sean Penn, ¿usted es de los que cree que Hollywood idealiza a los narcos?
-Sí. Hemos visto también que Netflix saca la serie “Narcos”, las narconovelas son un éxito en Chile y el continente. Hay una fascinación con el narcotráfico, pero creo que la idea del narco, de las mujeres tipo barbies, del tipo empistolado, ya pasó un poco de moda.
Narco bancos
-¿Cómo pasó de moda el narco armado?
-En México sí se puede ver gente armada, pero esos son los operadores. El narcotráfico en realidad está en los bancos, en las grandes empresas, en las grandes firmas de abogado que son quienes permiten que personas como el Chapo pueda llegar a donde llega. El Chapo tiene segundo año básico, ¿tú crees que alguien así puede llegar dónde está? Se puede, pero con la colaboración de la policía corrupta o de las autoridades. De ahí que el sistema financiero juegue un rol importante y eso es algo que me parece una hipocrecía completa del mundo con el tema. Estamos metiendo presos a gente con un gramo de cocaína o que fuma marihuana, sin embargo, a los grandes banqueros que lavan la plata y las grandes empresas no les sucede eso. Cuando suceda eso, yo voy a creer que se está luchando contra las drogas realmente.
Amaro mira el reloj. Galdós mira a Amaro. Hay una mirada cómplice entre ambos.
-¿Cuán ególatra es el Chapo?
-No. Él es una persona a quien no le gustan los medios, pero aquí el contacto es Kate del Castillo, quien es la actriz mexicana más conocida en Estados Unidos y el Chapo siente una fascinación hacia ella.
-
Las mujeres son su debilidad.
-(Galdós se toca la pera) Sí, las mujeres son su debilidad, pero el Chapo, en general, es callado. Es un campesino con poca educación y el lenguaje que utiliza es acotado.
A estas alturas, las respuestas de Guillermo son más abreviadas y rápidas.
-¿Cree que el show mediático de ISIS con las decapaticaciones tapa hoy lo que sucede en México?
-Los mexicanos empezaron a cortar cabezas antes, pero una cosa: el cartel de Sinaloa no cortaba cabezas. Los Zetas eran sanguinarios y ellos comenzaron. Al final eso de las decapitaciones es la globalización del terror, entonces cuando vieron que eso tenía un impacto lo empezó a usar ISIS.
-¿Cómo ve el mapa actual narco en México?
-Hay doce carteles en México ahorita. México tiene la mala y buena suerte de tener la frontera con el país más rico del mundo y el país consumidor de droga más grande del mundo y eso ha hecho que México sea una plataforma para enviar drogas y eso no parará, aunque se pongan murallas. Lo que te puedo decir es que por el hecho que arrestaran al Chapo, Estados Unidos no dejará de recibir coca.
-¿Se ha sentido amenazado alguna vez?
-Me han amedrentando, no por la gente que he filmado, sino por los enemigos de la gente que entrevisté. Si alguien te quiere hacer daño, te lo van a hacer, no te van a amenazar. Yo le tengo más miedo a los delincuentes de cuello y corbata que a los delincuentes armados.
Galdós se mueve. Le digo al entrevistado que le haré un par de preguntitas más. Entiendo que tiene hambre. Mientras tanto Amaro toma sol.
-¿Le han ofrecido escribir un libro de su experiencia?
-Estoy escribiendo un libro.
-¿Qué piensa de Roberto Saviano, autor de “Gomorra”, a quien por escribir lo amenazaron de muerte?
- Yo no acuso con el dedo a las personas como Saviano, porque no soy policía. Yo soy periodista. Él dio nombres y apellidos. Yo no apunto con el dedo (repite). Trato de mostrarle a la gente la ridiculez e hipocresía en que vivimos, pues el costo de la droga no ha sido bajar la producción ni en subir el precio, sino que ha sido un costo humano tremendo para la región y ha recorrido de México hacia Chile. La droga es un problema de salud pública y no policial.
-¿Fuma de vez en cuando marihuana?
-He fumado. Me parece mucho menos dañina que el alcohol.
-¿Y la cocaína?
-Es una droga dura. Para mí la droga es una elección personal. Si te gusta meterte drogas al cuerpo es algo personal, mientras no se le haga daño a nadie. ¿Quien es el Estado de un país para decirle a la persona qué se puede tomar y no? El problema es que el alcohol está permitido. Si uno va a un bar de marihuana y otro de borrachos, seguro que tendrás menos problemas en el bar de los marihuaneros.
A nombre de La Estrella, le doy las gracias a Guillermo Galdós por sus minutos.
“¿Para dónde van?”, le pregunto a Amaro. Me responde con su clásico seseo que se dirigirán a comer mariscos a un buen restorán de Valparaíso.