El calvo perteneciente a la hare krishna exige frutas para ubicarlas al costado de una fogata. Luego se retira, sonriente, a una habitación para preparar los mantras junto a un grupo variopinto de seguidores. El santón nos explica qué el ritual sirve para captar energías del universo y purificarse, a la vez.
La quema se llevará a cabo desde las 00 horas del 21/12/12, en una casa particular en la periferia de San Pedro de Atacama. Queda una hora para que acabe el mundo y La Estrella parte a comprar frutas para participar del ritual. Descartamos los melones pues pueden reventar como granadas con la calentura del fuego. Optamos por manzanas y peras.
El término del calendario maya y el comienzo de una nueva era; “la noche del fin del mundo” o como usted quiera llamarle, se vivió como una real fiesta de año nuevo, en los sectores más místicos del turístico poblado.
Eso sí: esta fiesta de año nuevo se denomina como Agnihotra y bastante piola pero con baile, recitadas orientales y fogatas.
La dueña de casa donde el monje hindú hace de las suyas se llama Marilyn, como la actriz, Marshall y entre otras cosas regala reiki pues ella es maestra. Con elocuencia, la maestra nos dice que desde ahora brotará una nueva humanidad. Esta nueva humanidad nacerá por estos lados, y cambiará nuestra manera de relacionarnos y apreciar el universo; en resumen todos seremos más buenos.
Puede decirse que San Pedro es una zona energética caliente; es decir, una de los puntos de mayor atracción energética en el planeta, recalca la maestra que se declara budista. En consecuencia el pueblo donde no hay sombras a mediodía, es visitado habitualmente por los santones más estrafalarios.
Algunos, afirma con fuerza la mujer, son medios chantas mientras otros, realmente buscan la trascendencia. Marilyn reconoce que le abrió a la puerta de su casa al hindú pues el hombre tiene aura y es respetado.
Suaja, suaja
Tras la sesión con nuestro amigo hinduista donde hablamos sobre el universo y la trascendencia, salimos hacia la fogata. Restan quince minutos para el cambio de hora. Las alrededor de 20 personas nos reunimos en torno al fuego.
El santón nos explica que el fuego todo lo purifica, y por consiguiente señores, es necesario empezar limpios este importante cambio de era.
El hombre que es delgado y observa a los participantes con ojos centellantes, dice que las rayas en el suelo que, sino fuera por una esvástica hindú, pueden asimilarse al juego del luche, dice que fueron dispuestas para captar la famosa energía cósmica. Nos aclara con voz tenue que la alineación planetaria provocará que a La Tierra llegue de manera directa energía del centro del universo; algo que nos hará cambiar.
Después de las buenas palabras, el mister de túnica como rey mago comienza a encender la pira y a la vez, recitar sus mantras. Mientras tanto una chica con un tercer ojo en la frente nos reparte arroz confitado para que le lancemos a la pira una vez que el hombre diga la palabra mágica.
La palabra mágica es suaja. El juego consiste en que el hombre dice palabras raras y el resto repite; entonces cuando dice suaja, todos lanzamos arroz. El acto de lanzar arroz es como una metáfora de nuestra limpieza; algo parecido a la psicomagia de Jodorowsky.
Dake, Dake
El señor hare krishna canta cada vez más rápido una serie de palabras en lenguas orientales. A los 20 minutos el sonido resulta familiar, hasta agradable. Minutos más tarde, cuando queda poco arroz para lanzar después de los suaja y el asunto se está tornando aburrido –para los escépticos-, nuestro amigo da la orden del baile.
Ahora todos los presentes comienzan moverse en círculo alrededor de la fogata. Esto parece una danza piel roja o algo similar. El movimiento se hace más rápido, frenético; mientras el señor repite: dake, dake, yeyeye; dake, dake, yeyeye
Ya es medianoche y al parecer el universo está haciendo su trabajo. El fuego crece mientras alrededor de éste no hay frío, sino puro calor. En tanto, las frutas ya parecen cocidas.
Luego de un rato, el señor invita a comer las frutas. Tienen buen sabor. La pera pasa por el esófago y luego purifica nuestros intestinos.
Todos comen frutas, sonrientes. Comentan, mirando a las nubes magallánicas, que son personas renovadas y ahora conectadas con el universo.
Le damos las gracias a quienes nos invitaron y le decimos que ahora podemos dormir tranquilos.