José Jofré murió por segunda vez, pero ahora de verdad. El señor que fue vocalista de Los Fénix, grupo musical que hizo furor en los años 60 en Chuquicamata, falleció la mañana del domingo en su casa por efecto de un ataque cardiaco. Tenía 73 años, cinco hijos y cuatro nietos.
José Jofré que utilizaba el nombre artístico de Fernando Gutiérrez deja un conocido legado artístico y una increíble historia que lo tuvo muerto por 45 años producto de un error del registro civil.
Lamentablemente las negligencias marcaron la vida de Jofré. La manera como se dio su fallecimiento cabe en la aseveración. Hugo Navarro, representante de Los Fénix, dice, en medio del funeral, que el cantante no recibió una oportuna atención en el consultorio Juan Pablo Segundo.
El señor salió del consultorio a las 10.30 horas y a las 11.25 horas falleció en su casa.
Las canciones de los Fénix acompañan el cortejo. La mayoría son cercanos al cantante; va su viuda, familia y amigos. Hugo Navarro, con la pera pegada al pecho, dice que Jofré tuvo una de las mejores voces de su generación. El hombre en su época dorada popularizó la canción “Regreso a la casita de madera”. Hugo Navarro dice que en esa canción se puede escuchar el virtuosismo vocal de su amigo. Los Fénix animaban los “malones” del Club Obrero de Chuquicamata. En la despedida se escucha el clásico el “vuelo del moscardón”.
Hay contrariedad en la familia. No quedaron tranquilos pues si Jofré habría recibido atención oportuna, toda esta ceremonia sería una pesadilla.
problema nervioso
Navarro, en voz baja, resume los hechos.
Domingo, cerca de las 10 horas. Jofré va con un agudo dolor en el pecho y en el brazo izquierdo al consultorio Juan Pablo Segundo, ubicado cerca de su casa. Personal médico lo revisa y le dice que se trata de un problema nervioso; algo así como un estrés y le recomienda que no se pase rollos.
Navarro hace un pausa y continúa.
No le hacen ningún tipo de exámenes ni siquiera lo envían al hospital. Por el contrario lo dirigen a su casa.
Ya en la casa, Jofré se acuesta. El dolor sigue y se torna más intenso. Luego comienza a roncar; lo extraño es que habla en los ronquidos. El cantante sabe lo que viene. Le dice a su señora, Lila, que cuide a sus hijos y nietos. Balbucea que no aguantará más.
Cierra los ojos; comienza a respirar más fuerte.
A las 11.25 horas, Jofré fallece. De inmediato se avisa al consultorio. Los intentos por revivirlo son infructuosos.
En medio de la congoja, surge la indignación y los reclamos de la familia contra el consultorio. Las explicaciones no dejan conforme a nadie.
Después de ubicar un ramo de flores, Navarro reflexiona: “es triste que los chilenos se mueran de esta manera. Ellos (consultorio) debieron hacer un examen pues no son adivinos para estar suponiendo que fue un problema nervioso”.
Dice que la familia encaró al médico de turno en el consultorio; “éste era muy joven y creemos debía estar acompañado por alguien con más experiencia. Quizás una atención oportuna lo podría haber salvado, pero así es la salud pública”, dice resignado Navarro.
45 años muerto
La vida de Jofré estuvo marcada por los 45 años en que no existió. El artista nació en 1940 y murió en 1965; así de simple. Luego resucitó como Lázaro en 2005. Ahora murió como corresponde, afirma su amigo, mientras observa el cielo.
Según Navarro, el problema tuvo su origen cuando su primera esposa lo dio por desaparecido con una consecuente muerte presunta, tras su separación a comienzos de la década de los 60.
El propósito de la mujer con esta acción, era casarse dos veces. Al final ella se transformó en una bígama.
Antes de decretarse su muerte presunta, Jofré ingresó a Carabineros donde estuvo cinco años en servicio.
La muerte oficial quedó al descubierto el 2000 cuando Jofré intenta renovar sus documentos. Navarro dice que la sorprendente situación le produjo tres infartos, por lo que debió ser operado al corazón ese mismo año.
Jofré, a la vez, padecía una extraña enfermedad que le significó la extirpación de sus dedos por accidentes vasculares. Al final sólo le quedó el dedo pulgar de su mano derecha. Era como si el cuerpo se le estuviera yendo, dice su amigo.
La débil salud del músico de “Los Fénix” y la carencia de dinero para tratarse, provocaron la compasión de Navarro. Dice que él lo ayudó para desarrollar una serie de trámites con el fin de regresarlo a la normalidad; a esto se sumaron campañas de recolección de fondos para palear sus tratamientos. “Cuando salió en los medios, el caso despertó interés. Se acercaron políticos que a la postre no apoyaron. El único que ayudó fue el senador Carlos Cantero”, afirma.
Una vez normalizada su situación vivió con una pensión de 75 mil pesos; siempre con el lastre de las enfermedades.
Navarro valora que su amigo conservaba la voz que lo hizo conocido. “Era impresionante escucharlo. A veces uno no se explica cómo un hombre enfermo podía cantar de esa manera. Hay que estar en ese lugar para saber su calidad”.
La última amputación que sufrió Jofré fue a su pierna. Le cortaron 25 centímetros.
A pesar de todo, el cantante disfrutaba que lo recordaran por los Fénix. Su mujer vendía sus discos en la Feria Las Pulgas. Después de tantas vueltas, esta vez fue el sistema de salud el que no quiso resucitar al cantante.