El cónsul de Colombia en Antofagasta, el economista Julio Byron Viveros Chaves, se define como un desplazado más. Explica que un desplazado puede considerarse cualquier persona relegada por la fuerza del lugar donde vive. Julio Byron dice que cuando fue gobernador de Putumayo, provincia del suroeste de Colombia y que limita con la frontera con Ecuador, recibió amenazas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
Según el cónsul, las FARC juegan un rol fundamental en el narcotráfico.
En consecuencia Julio Byron deja su empleo y se traslada junto a su familia a una zona más segura. Pronto es designado por el gobierno para asumir como cónsul en Antofagasta, cargo que ostenta en la actualidad.
El cónsul reconoce que la intimidación fue por efecto de su trabajo para erradicar los cultivos de coca de la provincia de Putumayo; esto generó la presión de los grupos armados y de los narcotraficantes.
Desde su oficina al interior del moderno consulado que atiende un promedio de 50 personas al día, Julio Byron Viveros, afirma que el territorio de Putumayo es dominado por la FARC, quienes ejercen control sobre los campesinos.
Así, la FARC obligan a los campesinos a cultivar la coca en una suerte de esclavitud, pues ni siquiera les pagan con dinero; por el contrario le cancelan con la misma coca. Luego la cocaína es comercializada a grupos armados conocidos como bandas criminales emergentes (Bacrim), que están asociados a las FARC.
Las Bacrim son quienes distribuyen la droga a los carteles mexicanos, como el de Sinaloa y Los Zetas.
De esta manera el panorama general es de inseguridad; condición que lleva a las personas a buscar un territorio más fiable dónde vivir. El fenómeno del desplazamiento abarca todas las provincias, situación que se evidencia en el recambio constante de personas.
Un porcentaje de estos desplazados es el que emigra al norte de Chile, zona que según el cónsul, es vista como una meta por la alta demanda laboral, tranquilidad y clima. Sin embargo aquí el ímpetu de los inmigrantes por mejorar su vida colisiona con un sistema de extranjería lento y engorroso, pero es otra problemática.
Dinosaurio Pablo
Para Julio Byron hablar de Pablo Escobar, es como preguntarle por un animal prehistórico; una especie de dinosaurio.
Lo mismo piensa de los carteles de Bogotá, manejados por Gonzalo Rodríguez Gacha conocido por “el mexicano” o el de Cali, de los hermanos Rodríguez Orejuela. Entiende que el tema está de moda en Chile por la serie “El Patrón del mal” y por el libro “La Parábola de Pablo”.
Dicen que ya pasaron 20 años del “Patrón” y que el narcotráfico evolucionó. El gran problema actual es la atomización del problema, pues hasta hace un par daños se conocían los nombres y rostros. El cónsul se entusiasma; toma una hoja y comienza a dibujar un esquema.
En la punta está el cartel de Medellín y Pablo Escobar; luego el dibujo comienza a abrirse.
Sucede que quienes perseguían a Escobar llegan a la cúspide del narcotráfico bajo el amparo de las FARC. El grupo guerrillero es quien genera las condiciones para que el narcotráfico se expanda.
Aquí Julio Byron Viveros cita a la serie que está en boga en Colombia; se trata de “Tres Caínes”, que relata la historia de los fundadores de un grupo paramilitar posterior a la época de Escobar liderado por los hermanos Castaño (en el “Patrón del Mal” son los hermanos Moreno).
En “Tres Caínes” la historia de Fidel, Vicente y Carlos Castaño, que al fundar las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) crearon un paraguas que agrupó a escuadrones paramilitares y a quienes las autoridades señalan por cientos de masacres.
Julio Byron afirma que a diferencia de la época de Escobar; está vez es un ejército de 30 mil combatientes destinados al narcotráfico.
En el momento que la AUC alcanzaban la cúspide del narcotráfico, Estados Unidos interviene. Tras tiras y aflojas, en 2003 se produce la desmovilización bajo el gobierno de Alvaro Uribe.
Actualmente los hermanos Castaño están muertos o fueron dados por desaparecidos. Por debajo la FARC continuaron con su trabajo.
Los herederos de las AUC son la Bacrim, que recogieron a todos los paramilitares narcos.
A diferencias de las AUC, las Bacrim mantuvieron disputas entre ellas hasta consolidarse bajo el amparo de la FARC.
El cónsul dice que están divididas en grupos que controlan diversos territorios.
Su accionar es violento y operan como mafias, con todo lo que esto implica.
Dice que son el nuevo enemigo del país y la mayor amenaza a la seguridad. Las Bacrim están fuertemente armadas y mantienen capacidad para planear ataques.
En consecuencia el cónsul dice que la realidad de Colombia es muy distinta a la de Pablo Escobar, dónde se sabía el rostro que estaba detrás de los crímenes.