La única manera de estar cerca de Diego Maradona, era alojándose en el mismo hotel. David Osorio, 31 años, casado y una hija, no lo dudó y partió al Radisson de Antofagasta. En esa ocasión el hombre que metió un gol con la mano a los ingleses en el mundial de México 1986, al que David llama como “El Diego”, disputaría un partido de futsal contra los amigos de Iván Zamorano.
Maradona arribó y luego se encerró en la habitación del hotel. Pasaron las horas. David pensó que no conseguiría saludar a su ídolo. Sin embargo el joven animado por un grupo de periodistas, golpeó la habitación del ex campeón del mundo. Un Maradona medio soñoliento le abrió. El resto fue un diálogo de media hora y la firma de un par de camisetas; así se cerró lo que David denomina como “un encuentro con Dios”.
David recuerda la anécdota desde el confortable patio de su casa. A un paso hay una pequeña piscina que borbota agua; más allá, pegado a la pared está el quincho. Mirando alrededor en 360°, este joven que es dueño de un almacén de barrio responde que los partidos de “la roja”, son con asado y cervezas.
Apunta a una de las habitaciones del segundo piso; dice que ahí, donde es posible ver unos afiches de la selección chilena, arma su museo con camisetas y recuerdos de fútbol de estos jugadores: Diego Maradona, Roberto “Cóndor” Rojas y Elías Figueroa Brander; sumará su colección de camisetas de la selección chilena. La última que le llegó es una de Arturo Vidal, del partido de 2012 con Bolivia en La Paz.
El joven que es arquero de baby fútbol aclara que sólo colecciona prendas usadas en cancha, “eso le da un plus a lo que tengo. No quiero cantidad sino que calidad”, afirma, mientras abre las bolsas y cajas con el propósito de mostrarnos la colección.
Duda, mira al cielo y luego responde que hay varios millones de pesos invertidos. Reconoce que ya es conocido en el ambiente “camisetero” y en consecuencia le llegan ofertas. Sin embargo su opción fue por los jugadores mencionados. “Las redes sociales me ayudan y en mi caso aún más por ser de región. Hay un esfuerzo económico que uno pone en el coleccionismo”, dice mostrando certificados de autenticidad de las prendas de Maradona.
La primera camiseta que exhibe es una de Maradona en Argentinos Juniors. Es roja, de manga larga y data de finales de la década del 70; luego como mago extrae unos zapatos con los cuales Maradona jugó en el Mundial Juvenil de 1979 . Son marca Adidas, del número 38, pequeños, compactos, de cuero y con franjas salmones. Revela unos shorts del argentino; y luego con orgullo nos presenta una extraña tenida de salida de la selección argentina juvenil de 1979. La mayoría de esto lo consiguió en Buenos Aires.
pasión por el cóndor
A David le brillan los ojos cuando habla del cóndor Rojas. Hace poco junto a un músico local, Cristian Díaz, le compuso una canción de apoyo al arquero de las atajadas sobrenaturales.
David revuelve las bolsas y comienza la exhibición sobre el arquero.
Confiesa que mantiene un cariño especial por todo, sin embargo lo más preciado son los guantes y la camiseta que usó Rojas en la despedida de Zamorano.
Mira al cielo y nos entrega los zapatos que usó el cóndor en la fatídica tarde del Maracaná; “son sus últimos zapatos como profesional”, dice. Está la camiseta usada en la final de la Copa América en 1987 donde Chile salió 2° y él fue elegido el mejor arquero.
Con Rojas la relación es tan cercana que hace un par de años, el arquero lo invitó a su cumpleaños en Brasil. David viajó de inmediato con su pareja, Silvia Castañeda. “Viajamos a Sao Paulo a celebrar mi cumpleaños con el gran cóndor. Ambos nacimos el 8 de Agosto; fue grato”.
Sin embargo el gasto de dinero provocó que la pareja postergara proyectos; lo mismo sucedió con el alojamiento en el hotel para estar cerca de Maradona. “Esa vez con Silvia nos gastamos la plata de las vacaciones; pero la sensación fue indescriptible”, dice.
El Museo
David mientras saca y guarda camisetas, dice que el objetivo de su colección es preservar éstas para que su familia y futuras generaciones las puedan apreciar y saber un poco más “de forma ilustrativa a quienes pertenecieron”. Exhibe una camiseta de Patricio Yañez, número 16, de la clasificatoria a España 1982; una 10 de Carlos Reinoso del Mundial de 1974 y la negra de Misael Escuti, el arquero de Chile en 1962.
Dice que para muchos son “trapos”; sin embargo para él son pedazos de historia del deporte más lindo del mundo. “Mi sueño sería que los actores principales de esto que son los futbolistas de ayer y hoy, se motivaran al saber mi pasión por el fútbol y me colaboraran con camisetas”.
Dice que su museo es sin fines de lucro; de hecho es una colección personal de la cual no existe algo a la venta y menos para el cambio. “Algunas prendas están con dedicatoria: Para David Osorio o El Rondor, como me conocen mis amigos”.
Las dedicatorias de sus amigos famosos pueden apreciarse en el Facebook de David Osorio. Primero hay un saludo de cumpleaños y de aniversario de matrimonio del Cóndor Rojas y donde lo bautiza como su ahijado futbolero. El segundo es un saludo que le envía el arquero Paulo Garcés y el tercero muy corto, es de Johnny Herrera; quien le obsequió unos guantes.
Don Elías
Al único que no conoce en persona de sus ídolos es a Elías Figueroa. David dice que una de las joyas de su colección es una camiseta de Elías que usó en el Mundial de 1974, en el partido de Chile frente a la República Democrática Alemana. Otra de Figueroa es la que empleó el mejor jugador chileno de todos los tiempos en Palestino; es una prende de lanilla, de finales de los años 70; bastante extraña.
Otra joya, dice, es la 10 que llevó el ex azul, Roberto Hodge en el Mundial de 1966, marca Umbro. Hay camisetas más contemporáneas de la roja. David nos enseña las prendas de Alexis, Medel y una de Marcelo “Matador” Salas camino a Francia 1998. Archiva una de Salas de su época de River Plate, firmada por éste.
En tanto, David aclara que los camiseteros son pocos en Chile, pero apasionados. “Aprovecho de hacer una mención honrosa a quienes hasta el día de hoy colaboran: Sebastián Garrido Schultz (Camiseta Retro), Mauricio Marchant, Axel Boilet, Francisco Soto y Juan Solar Munizaga.
David me pregunta por la camiseta más valiosa. No lo dudo; le respondo que la de Elías Figueroa en el Mundial de 1974; lejos.