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Gurú peruano cuenta su viaje en un ovni

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El señor no recuerda el día ni la hora, pero sí que cerca había un gato que espantó al ver  al hombre que levitaba. El hombre había muerto hace un par de días y ahora regresaba como un Jesús. El divino Luis, el último de los profetas enviados por el mismísimo Dios, se encontraba separado por unos metros del suelo. En el culto aseguran que el primero de estos iluminados fue Moisés, el segundo Jesucristo y el tercero es este chileno, nacido en 1931 Tocopilla y que en 1975 decidió radicarse en Perú. El gato y el hermano Antonio Córdova son testigos de la resucitación del divino Luis. El hermano Antonio, hoy con casi 80 años, dice convencido que tuvo la suerte de ver un prodigio.
Luego Luis se fue para siempre donde su padre, aunque reconoce que ahora el tocopillano sobrehumano estaría reencarnado en China. Hay que tener un grado de escepticismo para escuchar todo lo que dicen estos señores.  
Córdova alojó por tres años en su casa al divino; en consecuencia se transformó en lo que el apóstol Pedro fue a Jesús. Córdova dejó todo por seguir a este chileno iluminado; hoy es la principal voz de un culto que reúne a más de 5 mil seguidores en Perú, y con expansiones en todo el mundo.  
Luis Soto Romero según la agrupación peruana “Alfa y Omega” fue el divino iluminado; un hombre a través del cual Dios envío una serie de mensajes a los humanos; algunos de estos dedicados a los chilenos. Todos esos mensajes se conservan en alrededor de 10 mil rollos; 4  mil de estos se encuentran en el lugar donde estamos ahora, la sede de la agrupación “Alfa y Omega”, en el distrito de Lince, Lima, Perú. Los otros rollos han ido a parar hasta El Vaticano, el Tibet y a universidades.
El hermano Antonio dice que no los han tomado en serio, en consecuencia la humanidad desconoce el real valor de estos mensajes. Son tan trascendentes como la Biblia, dice. Acusan que la prensa peruana se ha mofado de ellos; pero dice que insistirán con la difusión pues el mundo debe conocer la palabra divina.

Ovnis en el techo  
El hermano Eudelio nos recibe en la puerta. Eudelio es moreno, huesudo de unos cincuenta años, usa un prendedor con un cordero en su camisa (como todos los del culto) y resalta que es vegetarino, como todos los que siguen el culto. Tras un estrecho pasillo donde hay fotos de la hermandad, alcanzamos el galpón. Las réplicas de los rollos del divino se esparcen por todos los rincones. En el techo, hay dibujos de planetas azules y ovnis. A un costado a una mujer vende libros, en su mayoría entrevistas al hermano Luis. En los rollos hay dibujos de ovnis y mensajes. Hay gente apostada frente a los papeles. Los leen y miran con devoción.
A una señora no se le mueve el rostro cuando lee. Los rollos parecen abducir.
En un rincón, detrás de los rollos expuestos, me espera el hermano Antonio. Se trata del hombre que quien mejor conoció al divino Luis, además de tener la dicha de viajar por naves espaciales; todo un fenómeno. Eudelio dice que es una oportunidad única que el hermano me reciba; entonces puedo sentirme como un afortunado.  
Me estrecha su mano pequeña y luego me siento. El hermano Antonio, un anciano de mirada aguda, me dice que todos los papeles dispuestos en la mesa que nos separa, son los originales; los escritos del divino. Luis Soto Romero tenía trances a través de los cuales escribía y dibujaba.
Eudelio levanta los papeles. El hermano Antonio dice que cada color tiene un significado, por ejemplo el amarillo es la espiritualidad; el naranja, una profecía a corto plazo, celeste, donde está Dios presente. Las figuras como los círculos también tienen una razón, por ejemplo, el círculo en su juicio cerrado.
-¿Y Dios vendrá con sus ovnis a enjuiciarnos?
El hombre visualiza por el costado los dibujos y extrae uno. En este aparece una nube de naves espaciales que llega a la tierra. –Me quedó claro señor-, le digo.

Viaje en Ovni
Eudelio, entusiasta, le dice al hermano Antonio que cuente su viaje en una nave espacial.
-¿Y cómo es eso señor, usted tuvo la dicha de volar por las galaxias?
El hermano Antonio hace un movimiento leve de afirmación. Abre los ojos y cuenta.
Se ganó el viaje por su trabajo en la tierra. Así un día lo vinieron a buscar. Abordó la nave y el resto fue disfrutar. Todo el interior de la nave es un intenso color violeta. Se eleva, retrocede y se va a las nubes. Ahí estaba Antonio, absorto. Ellos son altamente inteligentes, dice. Han logrado tecnología avanzada, tecnología de Dios. 
Los alienígenas aceleraron el artefacto y lejos quedó La Tierra y el sistema solar. Pronto alcanzó un planeta de la galaxia Trino.
El recibimiento fue como los de Ricardo Montalbán en la Isla de la Fantasía. En el planeta vio dos clases de seres: unos pequeños, rechonchos y juguetones; y otros de dos metros de estatura, altos y delgados. Todos vivían felices y contentos, dice el peruano galáctico. Allá no hay propiedad privada, todo es de todos.
-¿Igual que en La Tierra? 
-La Tierra está en una fase más baja de evolución.
-¿Y ellos se reproducen igual que nosotros?
-Igual que aquí, la diferencia es que a cierta edad todos los niños son criados de manera conjunta. Luego cuando cumplen el proceso de educación son regresados a sus padres.

Allende un profeta
La filosofía del divino y que enseña su culto, Alfa y Omega, es maniquea. Los buenos son los que siguen a Dios, y creen en la doctrina del cordero de Dios, en este caso el tocopillano Luis. Los malos son el imperio norteamericano y los que siguen sus postulados, dice el hermano Antonio. Dice que los estadounidenses han gobernado bajo el amparo de los grises, que son una raza de extraterrestres que son enemigos de Dios. “Ellos dominan al mundo bajo conceptos malignos, sin embargo 108 países pobres, como Perú, China o Chile se levantarán y crearán un nuevo orden, bajo el mandato de Dios y los ovnis”, afirma con tono seguro.
Según el hermano Antonio, más temprano que tarde se provocará el colapso del imperio y se desembocará en una guerra; luego el mundo será pacificado por los Ovnis. Será la oportunidad para avanzar, dice.  
El antecedente anti yanqui de Alfa y Omega, es que el tocopillano Luis formó todas sus creencias en plena época de la guerra fría. Luis era admirador del gobierno de la Unidad Popular. En consecuencia su extraña doctrina es anticapitalista; asunto que queda en evidencia cuando el parsimonioso hermano Antonio, afirma que el reino de los cielos es socialista.
-¿Y Allende era una profeta?
Antonio mueve la cabeza en señal de afirmación y confirma que era un divino profeta.


Chile y Perú
Para el gurú galáctico no es extraño que el último Jesús naciera en Tocopilla, Chile. Tocopilla es algo así como Belén. Y que luego difundiera sus obras en Perú, que es como la antigua Judea. Ambos países, dice el señor, son el futuro religioso de la humanidad.
Perú, sin embargo, es el centro de esta nueva era. Avala su idea la antigua relación de naves espaciales con las antiguas culturas peruanas. Asimismo todos los primorosos mapas del hermano Luis, dan a Perú como el centro del mundo.
-¿Y qué sucedería si Chile desconoce el tratado de La Haya, y ataca a Perú?
-Dios mandaría un terremoto contra el Norte de Chile y lo haría desaparecer.
-¿Dios es peruano?
Eudelio ríe. Antonio dice que Dios tiene un cariño especial por Perú.
-¿Deduzco que los terremotos que han azotado a Chile, son castigos por la Guerra del Pacífico?
El hermano Antonio afirma con un movimiento lento de cabeza. Ahora entiende, dice Eudelio.

Luego de la entrevista, Eudelio me invita al restorán vegetariano “Galaxia Trino”. Le pregunto si los champiñones fueron cultivados en otro planeta. Eudelio, serio, dice que ningún vegetal de “Galaxia Trino”, por ahora, es extraterrestre.    



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