Quantcast
Channel: En la frontera
Viewing all 156 articles
Browse latest View live

Armando Alarcón, ex futbolista de Cobreloa en los 80: "Mario Soto le mordió las orejas a brasileños del Flamengo"

$
0
0


Una vez que los jugadores ven el camarín impregnado de faramalla triunfalista, se toman la cabeza. El martes 30 de noviembre de 1982, medio Chile pensaba que Cobreloa se transformaría en el primer campeón chileno de la Copa Libertadores. El equipo de Calama igualó de visita ante Peñarol en Montevideo, y ahora se jugaba en el estadio Nacional. Todo estaba dado para un triunfo. Sin embargo los jugadores no parecen convencidos; saben que al frente hay un gran rival: Peñarol mantiene uno de los equipos más brillantes de su historia con Fernando Morena a la cabeza. Lo segundo era soportar la presión del cotillón.
Armando Alarcón entra esa noche de titular. Juega de volante defensivo con la determinación de recuperar pelotas. El primer tiempo es trabado y de algún modo, denota los nervios del equipo. La segunda parte se caracteriza por la fuerza y enredos;  hasta que al minuto 89 sucede la calamidad. 
Desde su casa en la calle O’Higgins, en Taltal, el ahora calvo Alarcón recuerda que Hugo Tabilo, lateral del equipo naranja, arrastraba problemas físicos y debía ser reemplazado. De esa manera  nuestro entrevistado no alcanza a cubrir las posiciones. El  uruguayo Venancio Ramos centra desde la derecha y  provoca el gol más espantoso en la carrera de Alarcón.  Morena pone el  punto final al sueño de Cobreloa y el país. Las camisetas con la leyenda “Cobreloa campeón de la Libertadores 1982” son sepultadas. 


Este señor, que hoy bordea los 60 años, 5 hijos, conserva una foto y un galvano de la gloriosa época de Cobreloa doble finalista de la Libertadores los años 81 y 82. Aclara, medio risueño, que no atesora nada de esos años; por esto descarta la foto con alguna antigua camiseta, esas Adidas de cuello en triángulo.  Todo lo de ese tiempo, dice, lo regaló a sus amigos.  En la ciudad del congrio colorado y donde no habitan más de 10 mil habitantes, Armando Alarcón es considerado un rey del balompié; el mejor de todos.
El vecino Omar Acosta, por ejemplo, recuerda en el fulgor del Cobreloa ochentero, los taltalinos recibían a Alarcón como un héroe. Su casa se llenaba. Alarcón salía a saludar a todos.
El señor futbolista, que hoy está medio resfriado, hace un alto en la conversión y recuerda sus inicios. El hombre pasa por todas las selecciones de fútbol infantil de Taltal, hasta que decanta en Calama. La situación económica de su familia no es la mejor y por esta razón decide instalarse en Chuquicamata. El fútbol lo lleva a Codelco.  Juega por Chuquicamata de delantero y volante por la derecha. Sin embargo la irrupción de Cobreloa en el fútbol profesional cambia su destino.
En 1977, Alarcón es invitado junto a otros jugadores, a integrarse a prueba en el plantel de Cobreloa. Era del perraje, dice, en comparación al uruguayo Luis Garisto. 
Juan Facuse, gerente de Cobreloa en la época, le exige una decisión. Opta por el fútbol, en desmedro de seguir en Codelco.
Alarcón no parece equivocado. En el partido debut por la segunda división, Armando  le marca el primer gol a Antofagasta; transformándose la diana como la primera de Cobreloa en el profesionalismo. Alaracón pasa a la historia


Contra el mítico Flamengo de Zico fue la primera final de Cobreloa por la Copa Libertadores en 1981. El equipo dirigido por Vicente Cantatore era un perfecto desconocido en estas lides, sin embargo después de fases brillantes donde vence a Peñarol y Nacional en Montevideo, da la sorpresa. En la primera final jugada en el Maracaná, Cobreloa cae ante Flamengo por 2 goles a 1. Luego el equipo naranja vence en la revancha en Santiago con un tiro libre de Merello. 
El partido definitivo en  Montevideo se disputa un 23 de noviembre de 1981. Cobreloa pierde 2 a 0; no obstante en la retina está la vehemencia de los jugadores.
Hace una semanas y después hace 30 años,  Zico acusó a Mario Soto de jugar con una piedra en la mano. Alarcón descarta lo de la piedra, pero reconoce que el defensa le pegó bastante a Adilio, el delantero del “Fla”.
De esa manera Soto frenó al brasileño, el problema que también estaba Zico en su mejor momento.  
Con el rostro alegre, Alarcón recuerda que en ese partido Soto mordió algunas orejas a los brasileños; había que frenarlos de algún modo, se excusa Alarcón.
-¿Había más trampa en el fútbol de esa época?
-igual que ahora, la diferencia era que los árbitros dejaban jugar más o hacían la vista gorda.

Flamengo envía a la cancha a un jugador, Anselmo, sólo a golpear a Soto.  Dice que cuando le pegan a Mario, todos se salen de las casillas.  
Después de un silencio pues recuerda al fallecido delantero Juan “Roly” Núñez –que jugó ese partido-, afirma que Cobreloa tuvo la mala fortuna de disputar las finales ante los mejores equipos de la época.

En este sentido reconoce que Peñarol de 1982 era mejor equipo que Flamengo de 1981. Explica que Flamengo tenía más luces, pero Peñorol era un equipo más táctico, ordenado y con grandes jugadores como Fernando Morena.


Armando una vez reconoció que prefería jugar en Cobreloa que la selección chilena.
Alarcón es convocado a la preselección para el Mundial de España 82. Hace una gira a Europa, donde no juega demasiado.
Al parecer, el entrenador Luis Santibañez tiene otro equipo en mente y decide por otros jugadores para la justa del verano europeo. En la posición de Alarcón, por ejemplo, Santibañez opta por Rodolfo Dubó.
De Cobreloa, el mejor equipo del momento, convoca a Oscar Wirth, Mario Soto, Juan  Carlos Letelier y Enzo Escobar. Quedan fuera de la roja: Hugo Tabilo, Víctor Merello, Rubén Gómez y Héctor Puebla.
A pesar de los años y dada la horripilante campaña de Chile en ese mundial, Alarcón afirma que Cobreloa debió asistir a España reforzado por otros jugadores.
A su juicio, Brasil era el Flamengo de Zico reforzado; Chile, entonces, tendría que haber sido Cobreloa reforzado. Sólo era insertar algunos jugadores a la mecánica de juego, sin embargo Santibañez decide mal.
 Alarcón no vuelve a tener otra oportunidad en alguna selección.


Hay un cliché futbolístico que Alarcón, dice a la hora de recordar las finales fracasadas en la Libertadores: las penas del fútbol se pasan con fútbol.
Armando Alarcón continúa  en Cobreloa de titular como volante de contención durante toda la década del 80.  El también conocido como “papa frita” logra los títulos nacionales de 1985 y 1988, al que suma los obtenidos en 1980 y 1982.
Como jugador ganó fama de duro.
Para graficar su juego, el futbolista recuerda una anécdota con un jugador de Unión Española de apellido Crespo. Ambos van a un balón dividido y chocan la tibia. El dolor es intenso, sin embargo ninguno de los dos desea demostrarlo. Armando Alarcón no hace ninguna mueca; Crespo, por su parte, tampoco sin embargo a los minutos el hombre se cae al suelo. Alarcón sigue en pie.
Una vez que termina el partido, Crespo se la acerca a Alarcón, y le dice que tiene las patas de fierro.
Tras jugar 12 años en Cobreloa de manera ininterrumpida con 400 partidos, el taltalino decide retirarse y regresar a su ciudad de origen.
En Taltal continúa ligado al fútbol como entrenador de infantiles. Con Quemel Farías, otro cobreloíno, desarrollan un trabajo que hasta hoy es recordado en esa ciudad.
Hoy, Armando está dedicado a sus negocios y la familia. Aclara que no juega pichangas, sin embargo ve bastante fútbol por televisión. Sigue la campaña de Cobreloa y la selección chilena.
Hace poco dice que se juntó con Mario Soto en Taltal. Dice que los ex cobreloinos se juntan de repente. Hacen asados y dialogan del pasado.
Afirma que la mayoría concuerda que si hubiera podido disputar una tercera final de la Libertadores; la habrían ganado.


Los misterios del congrio taltalino

$
0
0
La calidad del congrio es proporcional a la profundidad de donde se capture. A esa conclusión llegamos después de averiguar en Taltal, los misterios que están transformando a esta bucólica ciudad de alrededor de 10 mil habitantes en la capital chilena del congrio.
El pez oscuro de tintes rojizos que parece culebra se halla en todos los menús de los restoranes; incluso hay un dibujo característico que es el sello de que en ese lugar se vende el célebre congrio taltalino. 
El concesionario del Club Social de Taltal, Benedicto Pizarro, afirma que son tres las preparaciones más habituales que piden en su local: el congrio frito, a la plancha con mantequilla y el caldillo de congrio.
En el sencillo restaurant “Las Brisas” se puede degustar un caldillo de congrio por dos mil pesos. El famoso caldillo de “Las Brisas” tiene fama por el perfecto acoplamiento de los productos y en especial, por el sabor dulzón que le imprime la zanahoria al caldo. El abundante plato de congrio frito con agregado en ese local, alcanza los 6 mil pesos.
A sabiendas de la creciente demanda gastronómica por el producto estrella de Taltal especialmente de turistas antofagastinos, los valores por un plato de congrio están en alza; entonces no es extraño encontrar un plato con un kilo de congrio frito  con arroz y diversos tipos de ensalada por algo más de 7 mil pesos.
profundidades
La otra posibilidad es comprar el congrio y prepararlo en la casa. Para tal efecto no olvide el coleman en su vehículo.
Desde su local de venta de congrios, Paula Rojas precisa que venden el kilo a $3.200. Un congrio pesa en promedio dos kilos; es decir, un pescado puede salir a $7000. Al día expenden en promedio 50 kilos del pescado. Todos los locales que venden congrio se ubican en el sector sur de Taltal; es fácil llegar o por el contrario, pregunte.
Los comerciantes compran los congrios a los pescadores alrededor de $2000 el kilo.
La diferencia de estos congrios con el resto es que son capturados en la profundidad por alguno de los 20 buzos que se dedican a esta labor; antecedente -dice Paula Rojas- que certifica la calidad del producto estrella.
Al respecto, afirna que el congrio taltalino de profundidad es de carne más sabrosa y de textura algo más dura que el normal; característica que lo hace adecuado para la preparación en plancha. Los que saben dice que se captura a 25 o 30 brazas (algo así como a 40 metros).
Los buzos salen durante  la mañana y llegan a eso de las 18 horas al muelle.  El objetivo es suplir la demanda local; pero esta va en aumento.
El señor Pizarro agrega que este congrio de profundidad sólo se alimenta de camarones, características que se reproduce en el sabor.
El otro tipo de congrio que se vende en Taltal, es el capturado a través de redes en los alrededores de la playa Cifuncho. Puede decirse que este es el congrio normal, de textura algo pastosa.
En consecuencia, antes de comprar considere preguntar si se trata de congrio de profundidad o de redes; de seguro que notará la diferencia.

Los hombres grises de La Negra

$
0
0



A mediodía, La Negra, a 20 kilómetros al sur de Antofagasta, puede parecer el peor lugar del mundo. A los rayos del sol que aplastan, se suman al desordenado ir y venir de camiones, buses y autos por tortuosas vías por efecto de las reparaciones al asfalto. El agreste paisaje lo corona el estómago de metal de la cementera que expele gruesas motas de un humo blanquizco, por su orificio mayor, que se mete por la nariz hasta punzar y transformarse en tos. La polución es la frazada que lo envuelve todo; el problema de este desagradable compendio, algo similar a habitar dentro de un sobaco, es que por un flanco se emplaza una pequeña villa.

Puede decirse que los habitantes de esa villa, son los hombres grises. La denominación puede molestar a los señores, sin embargo hace referencia del contacto que tiene estos con ese polvillo carajo que pone áspera la respiración. No es una alusión sobre la higiene; aclaro.



Lo que puede denominarse como una villa o campamento, se extiende por algo así como un kilómetro y medio, a ratos por detrás de una estación de servicios para continuar desparramándose en descampado. Pequeñas viviendas de material ligero surgen detrás de los acoplados de camiones. Algunas de estas viviendas están destinadas a negocios de vulcanización y de venta de comida rápida; el resto son casas donde habitan adultos, niños y ancianos; la mayoría de las veces junto a perros. Los ratones son los invitados de piedra.  
La reacción de los señores es hostil. Hace poco el diario El Mercurio de Antofagasta los catalogó como el patio trasero de Antofagasta; el calificativo no gustó por un asunto de orgullo y en consecuencia, una mujer con el ceño fruncido me indica que la única persona destinada para hablar con algún periodista es el señor Osvaldo, quien es presidente del comité del campamento.

El Lada blanco
Caminamos sobre la tierra, seguidos de cerca por unos perros. Son varios pasos hasta la casa del señor. Nos detenemos al lado de un fantasmal automóvil Lada empastelado por el polvo; luego comprobamos que hay pasarle una espátula al auto para alcanzar los vidrios. Llegamos a la casa del señor que mantiene polvo adherido a las ventanas.  Golpeamos dos veces y al tercer golpeteo, aparece Osvaldo Avila, el hombre elegido para contar los dramas del sector. Un saludo algo frio del señor; me recuerda el reportaje.
-¿Señor, el aire de acá es irrespirable?
 Osvaldo me mira de arriba hacia abajo; se restriega los ojos y luego dice que el polvillo, ese que mantiene siempre impregnado, le afecta los ojos. Sus ojos están enrojecidos, lagrimosos.
Me invita a caminar sobre la arena blanca.  El andar se pone espeso.
Le pregunto a Avila si alguien se murió de tonto respirar esa cosa maldita. Me dice que hasta ahora, nadie. Le creo. Hace poco, dice,  falleció una persona por otros problemas.
Luego, mientras le fotografiamos sus ojos, nos dice que aquí la mayoría tiene problemas a la vista; que en el fondo ese es el efecto tangible que provoca la polución. El resto son enfermedades a largo plazo que por ahora, no interesan demasiado.




38 familias

En el campamento conviven 38 familias; algo así como 90 personas. Son 38 casas blanquecinas esparcidas por el desierto que no cuentan con alcantarillado ni electricidad. La municipalidad abastece de agua durante la semana.  El problema que hay alrededor de 20 niños; al parecer la mayoría va al colegio y en consecuencia deben viajar algo así como media hora en bus hacia Antofagasta.   
A las señoras no les gusta hablar de las responsabilidades con sus hijos. Hay un niño que se molesta de nuestra presencia. La madre aparece y nos insulta. 
El señor, que vive solo, hace un recuento de su vida en ese lugar, y dice que lleva más de 15 años; tiempo suficiente para conocer toda la historia frente al molino de Inacesa, sin embargo lo que quiere hablar el señor es de la posibilidad que va creciendo de ubicar a la gente en una población de Antofagasta, a través de subsidios. Avila dice que hay conversaciones avanzadas. El hombre es algo así como el capitán que quiere dejar a su gente en buen puerto.
La mayoría quiere dejar La Negra, a pesar de que los pequeños negocios que se formen ahí sean convenientes; o sea se puede sobrevivir en base a una economía precaria. Difícil que las vulcanizadores se muden a Antofagasta. Ahora, dice Avila, han llegado muchos comerciantes ambulantes que se ubican a los costados de la carretera. Estos señores venden sándwich y café, especialmente a quienes suben y baja desde las mineras. El negocio parece bueno; prolifera.  
Por lo menos ese comercio informal, deja claro que a pesar de una potencial salida de las 38 familias, el caserío continuará multiplicándose con otros rostros blanquecinos. 
El molino de Inacesa deja de funcionar todos los días a las 19 horas. El viento nocturno, por lo menos, hurta algo de la harina. Sin embargo la máquina vuelve a operar a eso de las 8 de la mañana; así pasan los días en La Negra; una negra que en realidad es blanca.  


Fotos: Sebastián Rojas. 

La rusa que odia el comunismo

$
0
0


Al final, la señorita rusa decide exhibirnos los tatuajes de su espalda y en consecuencia se quita la camiseta. Estamos en unas rocas, bajo el parque Croata en Antofagasta; son las 17.30 horas. Arriba, la clase de manejo se detiene. El conductor toca la bocina y Kitty, bien suelta de cuerpo, le hace un saludo con su mano. Luego la chica de cabello rosado  que usa un corte similar a  Milla Jovovich en el filme “El Quinto Elemento”, se adosa la pequeña culebra en el cuello, a modo de collar, y ejecuta unos meneos suaves para las cámaras fotográfica y  video.
Lo que desarrolla, explica, es el baile de la culebra. El animal, perfectamente adherido a la piel, desciende lentamente hasta llegar a uno de sus pechos. Un señor desde varios metros intenta sacar una foto al acto por su celular; esto es un show, señores. Desde lejos, la serpiente puede parecer un collar grueso de resina o algo semejante.
Kitty me responde que no sitió dolor al meterse el piercing en los pezones. Fue cuando tenía 14 años, en Moscú. No recuerda demasiado el proceso, pero dice que esos dos fierritos que le traspasan la carne le imprimen el estilo de modelo alternativa, que es lo buscado por la chica. Los tatuajes en la espalda se los hizo en Estados Unidos, y el dibujo en la zona del coxis se lo realizó en Argentina.
La señorita Kitty Sanders, nombre artístico que pasó a real, veinteañera, ha pasado la mitad de su vida viajando.  Hace un año recaló en Santiago, proveniente de Buenos Aires. Ahora está en Antofagasta, donde reconoce no faltarle trabajo. Kitty Sanders es modelo, traductora y bailarina.
Su baile de la serpiente, donde Kitty utiliza unos tacos de 20 centímetros que la encumbran por el metro 90, ya es comentado en el circuito de los night clubs de la ciudad. Kitty también hizo  un sutil topless en el programa  de la televisión local, “Dulce Candy”. Puede decirse que esta chica siberiana de pelo rosado, que anda todo el día con una culebra en el cogote y que tiene un celular en forma de la gata Kitty, para nada pasa desapercibida dentro de la monotonía de la urbe. Kitty parece toda una rock star.

 Siberiana
Como ya dijimos, nuestra amiga es rusa, nacida en la temida provincia de Siberia. Confirma que Siberia es una de las regiones más inhóspitas del planeta; un mundo helado como una casata. Su niñez, por ejemplo, la vivió en la ciudad de Tiumen en Siberia Occidente, donde experimentó temperaturas promedio de 20 grados bajo 0. Respiró siempre bajo un abrigo.
Observa el vuelo de las gaviotas y afirma que Siberia es un extensión demasiado grande. Acá, entre las ciudades del norte de Chile, las distancias parecen amplias; no obstante allá es peor, dice, pues  se pueden pasar días viajando en auto y no aparece nadie.  Dice que la soledad y el frío terminan por fastidiar a cualquiera.
Kitty,  sentada sobre una roca y con el sol ligado a su nuca, aclara que no le gusta recordar su infancia; en resumen parece no haberla pasado bien. Luego saca la apelotonada serpiente de un bolsillo y le hace cariño.
-¿Ella es como tu marido?
Me mira y aclara que no le gusta estar ligada con nadie. Le aclaro que era una broma. Levanta la pera y afirma que el “Raptor”, así le llama a la serpiente, es su compañero y que ambos entienden sus emociones; dice, con cara de paz, que están como conectados.
En Chile dice que siempre le preguntan por sus orígenes y ella les cuenta la historia. No obstante se ha encontrado con personas que le achacan que es comunista; esa palabra es como verter limón en sus pequeños ojos azules. Kitty aborrece el comunismo y todo lo que recuerde al período de la Unión Soviética, pues a su juicio, fue algo parecido a una esclavitud con otro nombre.
Ella se declara capitalista. Respira y dice que en Chile no saben mucho de la actual Rusia y viceversa. En Rusia le recomendaron que tuviera cuidado pues aquí habían muchas mafias y en Chile le dicen que es comunista.
-¿Sabes a qué nosotros le llamamos rusa?-
Se arregla el escote y ríe.   Reconoce que ya sabe.
  Regresa al tema. Ahora el  problema, deduce, es que son países que están muy lejos; en consecuencia reconoce que es raro que una rusa llegue por estos lados. Le cuento que una vez, un señor antofagastino se trajo a una rusa para acá y salieron en la tele. Le digo que aquí no hay dos opiniones respecto a las rusas. Kitty abre los ojos. Para los antofagastinos todas las rusas son lindas.
En general me aclara, que la falta de oportunidades, la inseguridad y el alcoholismo en los hombres han confabulado para que muchas rusas, bellas –afirma-, abandonaran el país. Enumera la creciente violencia étnica y los problemas con las mafias en San Petersburgo.
-Yo me fui y vivo acá tranquila, con mi serpiente- dice con el rostro ladeado.



“Raptor”
La serpiente no parece alterada, a pesar del paseo playero y nuestra presencia.  “Raptor” está acomodada en la dermis de la mujer. Kitty reconoce que una de sus pasiones son los animales; así, menciona experiencias en domesticación con caballos y perros pitbull. Dice que sabe llegar a los animales malcriados.
Sobre “Raptor” explica que es un pitón africano que puede alcanzar el metro y medio de largo como máximo; por ahora “Raptor” no alcanza los 40 centímetros. “Raptor” es un pitón medio bebé, pero hambriento.
Para dar en el gusto a su mascota, la bailarina de cabello rosado debe proporcionarle un ratón por cada 10 días. Los ratones blancos los adquiere en alguna mascoteca. Algunos comerciantes ya la conocen y le han consultado si cría ratones o algo parecido.  Kitty admite que no les ha contado que los ratoncitos van directo al buche de “Raptor”.
Dice que la serpiente los disfruta. Me muestra unos videos de su celular rosado. La serpiente abre el hocico y adiós ratoncito blanco.
Respecto a los permisos para mantener  a este animalillo exótico, la rusa dice que todos los papeles están en orden.  Es más, según la rusa, el bicho rastrero tiene un chip metido en su cuerpo que permite ser hallado en caso que se pierda.
La otra pasión de la señorita es disparar.  De manera frecuente visita un polígono de tiro. Debido a que la chica es modelo, aparece bastante sexy en las fotos luciendo algunas armas de fuego y algún corvo.  Mantiene varios amigos que la acompañan en este pasatiempo.
Si bien no tiene muy claro el lapso que se quedará en Antofagasta, dice que pronto desarrollará una película. Explica, con la pera apoyada en el codo tipo estatua de Sócrates,  que será un película de tipo filosofal y erótico.
-¿Cómo es eso señorita?
-Me  interesa mucho leer filosofía y política, traducir libros y a la vez soy una modelo erótica; quiero mezclar todo eso.
Junto a su amigo llamado Mezcal, dice, piensan rodar al interior de Antofagasta, en el desierto. Ella embetunará su cuerpo desnudo con arena o algo así.
Luego de esto, la rusa toma aire y nos invita a ver y fotografiar sus tatuajes; ahora nosotros consumimos un buena bocanada de aire marino.                    

Pánico y locura en Tacna

$
0
0



En el terminal de taxis un adolescente moreno de mirada divertida se la acerca a Seba, un huesudo que no sobrepasa los 25 años y usa pelo largo, y le propone dos alternativas: marihuana o coca.
Seba le hace una negación con la mano. Es la primera vez que está en Tacna y desconfía pues cree que el asunto es parecido a Chile; es decir, Seba elucubra que le aparecerá un aguafiestas policía y con su perro drogadicto.  
Seba ignora que en Tacna el asunto es más relajado.
El amigo que acompaña a Seba le compra un paquete de marihuana peruana o perucho del tamaño de un jabón a otro chico busca miradas del terminal. Luego los amigos, salpicando sonrisas, abordan un taxi que los deje en la plaza.


Los chilenos van a Tacna por la entretención y la libertad pues el cambio siempre los ha favorecido, escribe por wasap el estudiante de periodismo de una universidad santiaguina, Edgard Lara. El joven vivió hasta los 22 años en Arica y conoce de memoria la ruta de la felicidad.
Lara que se pasea por Estación Central con una camiseta de la selección peruana de fútbol, cuenta que los peruanos dan toda la libertad a los chilenos para que dejen la plata allá.
El señor escribe esto:

Estimado
Se puso de moda de hace un par de años a la fecha de ir a carretear allá en vez de invertir en las discos de Arica. El copete es más barato, los bares y las discos son más producidas; muchas tienen instaurado el código de vestimenta, si no vas bien pinteado te quedas fuera, esa guea le gusta al chileno, sentirse importante, sentirse un gueon vip, sobre todo en Perú, país que miran con inferioridad. En resumen, te puedes reventar con poca plata”.

Usted decide

¿Qué hacen los chilenos en Tacna, señor? Después de todo es una pregunta difícil para Willy González, peruano, editor de Cuadernos del Sur, a quien le da lo mismo los chilenos.
Sin embargo el buen Willy  se la juega y dice que hay un gran número de compatriotas van por el casino; sobre todo los de tercera edad y jubilados, o sea mayores de edad. Los luminosos y a veces amplios casinos de Tacna están en todas las esquinas del centro; algunos chisporrotean luces como discos voladores. Los casinos son más económicos que sus homólogos chilenos, generosos y a la vez, reparten trago toda la noche. En los casinos también se puede fumar. En general, dice el buen Willy se puede fumar en cualquier lado.
Esto de fumar deja al descubierto una rara costumbre; explico: una peruana que fuma en público es mal vista, pero a las chilenas se les concede esa satisfacción. Hay un dicho antiguo en Tacna: si una mujer fuma en la calle es porque es chilena o prostituta.

Otro grupo de chilenos van a los dentistas, oculistas y lo último: cirujanos plásticos. Los valores son más económicos, sin embargo siempre está la posibilidad de quien te atienda no sea un profesional. A media hora de alguna improvisada clínica tacneña, ya en Chile, nadie se hará responsable por una liposucción mal hecha y esto lo saben en Arica; en consecuencia la recomendación en caso de médicos es contar con un dato preciso.
El buenWilly afirma que la otra pasión de los chilenos, es comer, comprar películas piratas, ropa de marca pero pirata y un número menor que va a Las Cucardas y se fascinan.


Mercado del placer

Desde Calama salen buses que llevan a los mineros directo a Las Cucardas.
Cuando algún ariqueño se le pregunta por Las Cucardas, abren los ojos, mueven la cabeza y luego cuentan historias, anécdotas y situaciones –previsibles y no previsibles-.
El joven Lara escribe esto desde el interminable Santiago, sobre las cucardas vía Facebook:

Estimado:
 "Las Cucardas" son un local a las afueras de Tacna, en Alto Chorrillo, que tiene sobre 100 minas de todo tipo para la perversión que se te ocurra. La gran diferencia es la calidad en función del precio, puedes escoger entre negras, limeñas, serranas de primer corte que te van a soltar el chico por 5 lucas (http://www.facebook.com/cucardatacna/photos_stream ahi hay un par de fotos de referencia). Obviamente puedes optar por chiquillas que no sean de primera clase, lo que va a disminuir el precio a un gasto absurdamente barato. Me imagino que ahora debe estar más caro, pero aun si doblaran el precio, saldría más barato que las chiquillas de Arica, que cobran de 15 pa’arriba, pero partiendo por gorilas arrancados de quien sabe dónde.


Luego de tamaña referencia, el joven Lara, me habla de otro tema que atrae a los chilenos en Tacna, la droga.

Estimado:

Mi relación con las drogas no es muy cercana, no te podría hablar de coca pues no cacho como es la mano allá, pero la hierba igual es barata. Barata, de buena calidad y en cantidad. Mis amigos pasaban hierba por la frontera, se venían con unos paquetes como esos jabones Le Sancy de Punto Rojo. Esas les costaba 10 soles, los que son algo así como 2 lucas. En ese sentido la frontera está de adorno, puedes pasar forrado en hierba y no se dan cuenta, es eso o mis amigos tienen suerte.

El buenWilly redondea el tema de la represión policial. “Aquí no hay tanta represión, aquí se pachanguea”, dice el hombre con voz relajada, casi soñolienta al teléfono.




Frontera traicionera

El señor Daniel Rojas Pachas, académico, creador de la editorial Cinosargo, poeta de las redes sociales, que ostenta la doble nacionalidad (peruana y chilena) y quien reside en Arica, es habitualmente acosado por la policía fronteriza chilena. La editorial de Rojas Pachas es mitad peruana y mitad chilena. Cinosargo hace la diagramación y diseño en Chile, luego los contenidos son llevados a Tacna, donde la imprenta materializa el libro que volverá a ser chileno cumpliendo un pago de impuestos en aduana.
En su Facebook, Rojas Pachas siempre patalea que la policía le revisa los libros.

¿Quién son peores, los peruanos o chilenos de la policía fronteriza?

-Yo creo que la pregunta apunta más bien a quién cumple su pega y quien saca la vuelta, los agentes chileno, son exigentes con todos: chilenos, ecuatorianos, colombianos, bolivianos y peruanos; con los gringos difícilmente, pero se han visto casos, en definitiva, es el poder ejercido en todas sus expresiones y en las facetas más inverosímiles, desde obligarte a botar una artesanía so pena de multa, y con humillación pública incluida, hasta ser llevado a cateo y registro, bueno son las órdenes que tienen y las cumplen a cabalidad; al otro lado, en Santa Rosa (Frontera de Tacna), el control a los extranjeros es mínimo, son más pesados con sus compatriotas, y sobre todo con las personas de la sierra que transportan mercadería de contrabando, cigarros, ropa usada y medicinas en ambos sentidos


Dejamos tranquilos a nuestros entrevistados. Ahora señora y señor, joven aún, si se intereso por hace turismo en Tacna; averigüe el valor de los pasajes hacia Arica. De Arica a Tacna hay algo así como 45 minutos de viaje, siempre en esos taxis algo perfumados que parecen lancha. Le aconsejo no preguntar por el mar de la discordia, pues ni a los ariqueños ni a los tacneños le interesa mucho el asunto. Ellos se aman; son como marido y mujer.
Ahora nuestro amigo Seba, quien dio inicio a esta crónica parte desde Tacna a Arequipa, en un 4X4 que arrendaron sin mucho lio ni papeleo a un peruano. La hierba alcanzará para todo el trayecto. 

Los suizos de Antofagasta

$
0
0


Suiza es de esos países que son una marca registrada. Están los relojes suizos, los chocolates suizos, los bancos suizos y los crematorios suizos. Suiza parece país perfecto, o por lo menos, esa imagen aterriza por estos lados.
Antofagasta dista mucho de ser una ciudad Suiza, sin embargo señores de buenas intenciones –por decir lo menos-, desean en lo más profundo que la ciudad que habitamos sea como Suiza. Estos señores obviaron la historia o quizás no se interesaron por ésta. Nuestra historia está más relacionada con los western de John Wayne que con Suiza. Es utópico pensar que esta ciudad de constante flujo inmigratorio mantenga un orden. Nada. Para cualquier autoridad chilena, Antofagasta debe ser la ciudad más difícil del país por el dilema de siempre: cómo hacer que las riquezas del subsuelo sean visibles en al ciudad. El tema de la fuga de riquezas es añejo, pero siempre está presente. Otro punto es que la velocidad de asimilación social no es acorde a los proyectos públicos; asunto evidente en los tacos o que una empresa sea eternamente dueña de terrenos estratégicos a lo largo de la ciudad.
Quizás si la mitad de las riquezas de Antofagasta se quedaran aquí, podríamos lograr el PIB de una ciudad Suiza. Sin embargo por idiosincrasia seríamos otra cosa, pero no suizos.
Pensar y opinar como suizos evoca aislamiento y cierto desconocimiento del entorno. La realidad exhibe que Antofagasta es una ciudad de oportunidades con todo el fárrago que esto implica. Los caminos convergen al centro y en consecuencia, éste se ha transformado en un lugar tosco y desordenado. La responsabilidad de las autoridades es hacer más amigable el centro, sin embargo extremar juicios es ir contra la historia de la ciudad, el momento o caer en fanfarronadas.
Antofagasta puede mejorar, claro; pero respetando su idiosincrasia.   
Para cerrar este comentario provocado por una columna dominical del señor Carlos Tarragó de Proa que aludía al centro y que apareció en el Mercurio de Antofagasta, puede decirse que el arte europeo que gusta a los señores antofagastinos-suizos, no está ni estará en las calles del centro que más bien pertenecen al arte chicha peruano de Elliot Tupac. Hay que aceptarse como somos y desde ahí, arreglar las cosas.

foto: Juan Luis Castillo. 

San Pedro de Atacama, previo al 21/12/12

$
0
0

En San Pedro de Atacama toda la gente habla de tours. Los gringos, sean australianos y franceses, prefieren los clásicos a los geyser del Tatio.  Los chilenos y brasileños, en cambio, optan por todo lo relacionado al fin del mundo.
Vivir el denominado “fin del mundo” en el pueblo más cosmopolita del altiplano chileno propone la alternativa turística de contemplar la alineación de los planetas junto a un experto; un astrónomo que sabe algunos secretos entre humanos y extraterrestres. El tipo aparece a las 4 de la madrugada, medio soñoliento, a un costado de una laguna Cejar, tipo mar muerto,  en que hasta el señor más obeso flota. El hombre sabe, por ejemplo, que la llamada  cruz del sur falsa guió a Cristóbal Colón a descubrir América. Luego un pisco sour como desayuno y todo el mundo  relajado.
El asunto es que una alineación planetaria parecida a la de ayer, dice el señor astrónomo, fue coincidente a la desaparición de los dinosaurios de la faz de La Tierra ¿Me sigue?
Sin embargo quienes más desean hacer valer sus ideas en San Pedro de Atacama, por estos días de jinetes del apocalipsis y anillos raros en el sol, son los místicos del litio: unos señores comunes y corrientes que son expertos en las cualidades energéticas del litio. Se supone que el lito es un buen receptor en tiempos de aperturas energéticas, como ahora. En consecuencia, los señores se acuestan de guata y se frotan la espalda con piedras cargadas con energía cósmica como una manera de acercarse a lo desconocido del universo; pero vayamos por parte.

Reina el escepticismo
Mientras las agencias turísticas hacen su trabajo os autóctonos del pueblo como siempre observan lo que sucede alrededor sin hacer ninguna mueca en el rostro. Puede decirse que la víspera del 21 de diciembre, efeméride que algunos dispusieron como fin del mundo, para los pobladores es un día cualquiera; más de lo mismo después de todo.
Manuel, un joven atacameño que chutea una pelota de fútbol a un costado de la plaza, afirma que la gran aventura está en México. Agrega que en el pueblo no sucede nada extraordinario. Dice que aquí hay puros atacameños; nada de mayas.
Cerca de Manuel  hay un joven que mantiene la espalda sobre las paredes empedradas de la iglesia. El joven quema lo último de un cilindro de marihuana. A su lado hay otros jóvenes de rostros achurruscados por el sol; rostros a estas alturas amoratados que a toda boca dan pistas sobre la calidad de la droga en San Pedro. Todos estos últimos son chilenos que optaron por quedarse en un pueblo al que califican de pacífico, libre y quitado de bulla.
Es la víspera del fin del mundo y la iglesia de San Pedro de Atacama permanece vacía. Hay un aroma a cera que se mete por la nariz. Un para de europeos entran, fotografían y se van. La iglesia parece otro suvenir turístico del pueblo.
Carabineros, por su parte, no quiere responder más preguntas de periodistas apocalípticos. El señor de guardia hace todo lo posible por tramitar consultas sobre gringos que se pierden en el desierto por efecto del peyote; mayor resguardo en el pueblo ante la jarana del fin del mundo o por último, el número de detenidos hasta el momento por algo que se presume como anormal. 
A las 18 horas del 20 diciembre, San Pedro aparenta ser un pueblo tranquilo, pacífico y caluroso. Las consultas sobre el fin del mundo provocan una mirada de incredulidad y hasta desprecio.


Místicos del litio
Detrás de la cáscara sonriente de los tours y restaurantes de la calle Caracoles, hay vericuetos donde realmente existe el interés por buscar la denominada  mística de San Pedro de Atacama, algo así como la sanación espiritual.
Además de turístico, el pueblo es místico por si usted no lo sabe, dice Diana Salas, encargada de cultura de la municipalidad. Enumera rituales que se llevarán a cabo en viviendas periféricas del poblado; rituales a los que uno alcanza por datos.
La señorita dice que es necesario buscar a las personas indicadas. Hacemos unas llamadas y una señora contesta que estos momentos está tomando un avión a Madrid. Se supone que era la señora mística, una de las sanadoras.  
Entonces el asunto es golpear. De esta manera llegamos a una casa con tarifa por disfrutar las bondades de los camotes mágicos del litio que sana. Por alrededor de cinco mil pesos uno puede optar a unos masajes que curan todos los males; masajes energéticos al fin y al cabo.
En otras cosas, en tanto, se llevan a cabo sesiones de meditaciones inspiradas en rituales orientales. Todo esto acompañado de danzas extremadamente lentas, que parece atolondradas y respiraciones pausadas. Algunos dicen que es la fecha propicia para sanar por la descarga energética.
Otro San Pedro, el frívolo, prepara algunas fiestas noctámbulas para la que llaman la noche más extensa. Algunos turistas pasan por calle Caracoles cargando cervezas de diversos tamaños ante la mirada de los gringos escépticos.
Al parecer lo que más sobra en San Pedro es el tiempo pues siempre hay algo que hacer.       



Fotos: Sebastian Rojas Rojo.

Ritual de purificación en madrugada del 21/12/12 en San Pedro de Atacama

$
0
0

El calvo perteneciente a la hare krishna exige frutas para ubicarlas al costado de una fogata. Luego se retira, sonriente, a una habitación para preparar los mantras junto a un grupo variopinto de seguidores. El santón nos explica qué el ritual sirve para captar energías del universo y purificarse, a la vez. 
La quema se llevará a cabo desde las 00 horas del 21/12/12, en una casa particular en la periferia de San Pedro de Atacama. Queda una hora para que acabe el mundo y La Estrella parte a comprar frutas para participar del ritual. Descartamos los melones pues pueden reventar como granadas con la calentura del fuego. Optamos por manzanas y peras. 
El término del calendario maya y el comienzo de una nueva era; “la noche del fin del mundo” o como usted quiera llamarle, se vivió como una real fiesta de año nuevo, en los sectores más místicos del turístico poblado.
Eso sí: esta fiesta de año nuevo se denomina como Agnihotra y bastante piola pero con baile, recitadas orientales y fogatas.
La dueña de casa donde el monje hindú hace de las suyas se llama Marilyn, como la actriz, Marshall y entre otras cosas regala reiki pues ella es maestra. Con elocuencia, la maestra nos dice que desde ahora brotará una nueva humanidad. Esta nueva humanidad nacerá por estos lados, y cambiará nuestra manera de relacionarnos y apreciar el universo; en resumen todos seremos más buenos.
Puede decirse que San Pedro es una zona energética caliente; es decir, una de los puntos de mayor atracción energética en el planeta, recalca la maestra que se declara budista. En consecuencia el pueblo donde no hay sombras a mediodía, es visitado habitualmente por los santones más estrafalarios.
Algunos, afirma con fuerza la mujer, son medios chantas mientras otros, realmente buscan la trascendencia. Marilyn reconoce que le abrió a la puerta de su casa al hindú pues el hombre tiene aura y es respetado.

Suaja, suaja
Tras la sesión con nuestro amigo hinduista donde hablamos sobre el universo y la trascendencia, salimos hacia la fogata. Restan quince minutos para el cambio de hora. Las alrededor de 20 personas nos reunimos en torno al fuego.
El santón nos explica que el fuego todo lo purifica, y por consiguiente señores, es necesario empezar limpios este importante cambio de era.
El hombre que es delgado y observa a los participantes con ojos centellantes, dice que las rayas en el suelo que, sino fuera por una esvástica hindú,  pueden asimilarse al juego del luche, dice que fueron dispuestas para captar la famosa energía cósmica. Nos aclara con voz tenue que la alineación planetaria provocará que a La Tierra llegue de manera directa energía del centro del universo; algo que nos hará cambiar.
Después de las buenas palabras, el mister de túnica como rey mago comienza a encender la pira y a la vez, recitar sus mantras. Mientras tanto una chica con un tercer ojo en la frente nos reparte arroz confitado para que le lancemos a la pira una vez que el hombre diga la palabra mágica.
La palabra mágica es suaja. El juego consiste en que el hombre dice palabras raras y el resto repite; entonces cuando dice suaja, todos lanzamos arroz. El acto de lanzar arroz es como una metáfora de nuestra limpieza; algo parecido a la psicomagia de Jodorowsky. 


Dake, Dake
El señor hare krishna canta cada vez más rápido una serie de palabras en lenguas orientales. A los 20 minutos el sonido resulta familiar, hasta agradable. Minutos más tarde, cuando queda poco arroz para lanzar después de los suaja y el asunto se está tornando aburrido –para los escépticos-, nuestro amigo da la orden del baile.
Ahora todos los presentes comienzan moverse en círculo alrededor de la fogata. Esto parece una danza piel roja o algo similar. El movimiento se hace más rápido, frenético; mientras el señor repite: dake, dake, yeyeye; dake, dake, yeyeye
Ya es medianoche y al parecer el universo está haciendo su trabajo. El fuego crece mientras alrededor de éste no hay frío, sino puro calor. En tanto, las frutas ya parecen cocidas.
Luego de un rato, el señor invita a comer las frutas. Tienen buen sabor. La pera pasa por el esófago y luego purifica nuestros intestinos.
Todos comen frutas, sonrientes. Comentan, mirando a las nubes magallánicas, que son personas renovadas y ahora conectadas con el universo.
Le damos las gracias a quienes nos invitaron y le decimos que ahora podemos dormir tranquilos.   

El Carreta de San Pedro de Atacama

$
0
0


Al señor de las fotos lo conocen como “el carreta” en San Pedro de Atacama y es una enciclopedia viva de artesanía y del más extremo carret. Lo inimaginable es que alguna vez “carreta” fue un Carabinero.
-¿Es verdad que fuiste paco?-
-Si alguna vez dentro de  mi  historia (mira hacia el cielo, respira y continúa) Ahora ando tranquilo, pacificado conmigo mismo.
Estamos sentados en la plaza del pueblo; es pasado mediodía. Luego pregunta qué  onda nosotros; qué queremos  y qué buscamos. Elucubra respecto a mostrar lo que realmente uno es; nada de escondites -mira mi sombrero-, sólo lo que uno es, insiste. Pensará que somos ratis. Le da un mordisco a un sándwich del que cae palta y luego nos pregunta, con una sonrisa, qué queremos.
-Cuántos años en San Pedro, carreta-
Piensa y responde: -catorce años.
 Personas que pasan por el lado lo saludan. Ése que viene ahí, dice apuntando, quiere hablar conmigo, es mi sobrino. El “carreta” echó raíces en el pueblo. A su señora le dicen “la señora carreta” y así sucesivamente. “Carreta” ya es como un apellido.
El joven lo llama y un “carreta” dócil va. Lo esperamos unos minutos, sin embargo la conversación tiene para largo. Hablan y gesticulan.
Si uno pregunta en San Pedro por “el carreta”, la mayoría con diferentes matices te cuentan la misma historia.
Un tipo de un hostal dice que nuestro protagonista dejó de pertenecer a Carabineros pues en Santiago, de puro loco, comenzó a disparar al aire. En consecuencia lo expulsaron de la institución por loco.
Buscando su destino, un “carreta” medio hippie, arribó al seco poblado. De inmediato le gustó la buena onda que se respira por las calles y decidió instalarse. Sobrevivió como artesano. El hombre, y eso lo dicen todos, es un maestro haciendo lámparas, sombreros y otros artefactos con una paja que abunda en los alrededores del pueblo. El hombre también es un respetado orfebre.
 En tanto, al “carreta” le gustó el eterno discurso místico del pueblo y las posibilidades de experimentar.
El hombre probó todo lo que había que probar y experimentó con todo lo que había que experimentar. Sus hazañas son bastante conocidas.
La efervescencia acumulada es evidente en “carreta”: a simple vista le quedan pocos dientes; sin embargo el detalle no opaca su sonrisa.  Su rostro, carcomido por sol, está cruzado por profundos surcos que evidencian muchas madrugadas;  las marcas también pueden ser efectos del despiadado sol. Quienes lo conocen dicen que el señor no tiene más de 40 años. Otros; apuestan por una cifra mayor ¿Tal vez 50 años?
Al “carreta” no le interesa la edad. No es tema; para él la existencia pasa por respirar, crear con sus dedos  e intentar ser feliz. Eso es todo dice y el resto mira; la cáscara no interesa demasiado.
Tanto es la popularidad del señor, que hasta hace poco mantenía un grupo de Facebook, que se denominaba “Yo carretié con el carreta”.

Tatuajes

 El carreta tiene varios tatuajes, como por ejemplo: en la pierna derecha tiene marcado su número de carné de identidad; en la pierna izquierda, un mapa de Chile; en el hombro derecho, una fantasía sobre el cactus San Pedro y en el brazo izquierdo, un símbolo de la Universidad de Chile. Todos los trabajos se los ha realizando en el pueblo, donde es una celebridad. 

Foto: Sebastián Rojas.

Simplemente Anakin Pérez de Taltal

$
0
0


Luego de ver el episodio uno de “Star Wars” en un cine de Copiapó, decidieron bautizar al hijo que venía en camino como Anakin. Jazmín prefería el nombre Obi Wan u Obiwan -junto-, pues hallaba sexy el estilo tipo santón hippie del espadachín láser. Sin embargo Julián, su marido, la convenció de que Anakin sonaba mejor; o sea, más rápido de pronunciar, hasta musical con el agregado de Pérez, su apellido.
Después de todo, decía convencido Julián, el chico que germinó a Darth Vader era un capo para las carreras de avioncitos antes de irse al lado oscuro de la fuerza. Entonces, no era pecado bautizar al niño de Anakin Pérez.
Se convencieron de que Anakin era algo así como un nombre con proyección que no pasaría desapercibido, una buena idea. Imaginaron a su hijo como un político, un empresario, un futbolista y hasta un aviador. Podría ser el primer Anakin chileno en pasar a la historia.
Jazmín Gallo, la madre del niño, de 37 años, dice que si le pregunta al padre por el personaje que prefiere en la saga de “La guerra de las galaxias”, éste, convencido, nombra a Anakin.
-¿Y si usted, señora Jazmín, quizás está casada con el oscuro Darth Vader o el mismísimo senador Palpatine?
-Ya me habría dado cuenta -afirma Jazmín con la sonrisa plastificada en su boca-. Hemos sido felices en el tiempo que estamos juntos -aclara y cierra el paréntesis.  
-¿Y Taltal es como el planeta Tatooine?
-Tiene desierto y hay personajes raros. Es el planeta de Anakin -dice la mujer, risueña, siguiendo el juego.

nombres raros
La espera del niño fue normal. En los nueve meses, la pareja guardó el nombre bajo siete llaves, pues temieron algún tipo de críticas. Ellos mantienen familiares y amigos evangélicos. A su vez,  asisten habitualmente a una iglesia donde se lucha todo el rato contra el diablo. Uno de estos señores evangélicos que se enteró del plan le dijo a la madre que el  nombre, Anakin, pertenecía a un demonio. La madre miró a la persona, movió la cabeza en señal de negación y se convenció de que el señor evangélico se pasaba muchas películas, demasiadas.
Respecto a pasarse películas, Jazmín está convencida que pueden pensar lo mismo de ella.
La madre no se dio el tiempo de entregar explicaciones; simplemente lo suyo era algo así como una pasión heredable y no había que darle más vuelta al asunto. Estaba claro que Anakin, por ningún motivo, se iba transformar en Darth Vader. Jazmín le iba inculcar todos sus valores cristianos para que nada extraño sucediera en el camino.
El dilema por el nombre llegó en la pequeña oficina del Registro Civil de Taltal, cuando la encargada se negó a ponerle Anakin al recién nacido.
La dama estaba algo aburrida de la tradición de nombres extraños en Taltal. Señoras y señores, podemos decir que hay nombres para todos los gustos en el pueblo, como Quemel, Tarina o Ken.
El señor Acosta, uno que sabe de Taltal, dice que lo de los nombres singulares es porque en la ciudad hay muchos pescadores. Y, claro, los pescadores tienen mucha imaginación.
Tras una conversación algo áspera con el padre, que es minero, el niño quedó para siempre como: Andrés Anakin Pérez Gallo.

Todo un Skywalker
Fue fácil hallar a la familia Pérez Gallo en Taltal, una ciudad pequeña en medio del desierto, reposada, de puertas entreabiertas, algo machista y sin cine. Preguntamos y de inmediato Omar Acosta, uno de los que más sabe de Taltal, nos entregó las coordenadas desde su mini market.
Tanto era su entusiasmo que nos cargó en su vehículo. “A velocidad luz”, dijo Acosta, que también es fanático de “Star Wars”. En dos minutos estábamos en la casa de la familia jedi.
El niño hoy tiene ocho años, cursa tercero básico y en la casa, en el barrio y en la escuela lo llaman Anakin. Al chico le agrada la idea y se agrega el apellido Skywalker.
-Yo soy Anakin Skywalker-, dice convencido, ante la mirada tierna de su madre, y parte a buscar una capa y una espada a su habitación. Vienen las fotografías. Y la demostración con la espada láser.

El perrito Ewok
Jazmín Gallo trabaja de peluquera y dice orgullosa que desciende de Pedro León Gallo, el revolucionario de Copiapó. Mantiene el negocio en el living de la casa. Hay un secador de pelo, de esos que parecen pollos metálicos, donde si uno mete la cabeza genera la sensación de navegar por el espacio en esos avioncitos con que Luke Skywalker hizo añicos la Estrella de la Muerte.
Hay otros elementos de contornos redondos, de peluquería, que generan un entorno medio galáctico. Los dos hermanos, una de 7 años y otro de 11 años, juegan alrededor con un perrito pequeño de pelaje oscuro. El can se llama “Ewok”, como esos peluches saltimbanquis del bosque de Endor.
Con una mano oprimiéndose la frente, Jazmín reconoce que Anakin y su hermana menor son quienes más le dan trabajo. La crianza del chico ha sido difícil, pues es hiperactivo. Juega, corre y pelea; y a veces no se quiere quedar dormido. Por las tardes, Jazmín corta el pelo o hace bases; a la vez, debe estar pendiente de sus tres hijos.
Anakin llega con una espada que más se asemeja a la vara de Harry Potter. El chico hace unas demostraciones.
Acosta, con la voz grave como un Obi Wan viejo, dice que el joven tiene talento.
-¿Te gusta tu nombre, Anakin?
-Me gusta ser Anakin -responde seguro el chico y luego pone los ojos blancos.
La mordida de Anakin
Anakin que tiene un promedio en la escuela de 6.0, reconoce que mantiene dos pasiones: una es comer fideos y la otra, pelear.
-¿Pelear?
Anakin mira al cielo. La madre responde por el niño.
El chico es moreno y algo robusto. El tono de su piel y el nombre, Anakin, llevan a algunos compañeros, burlescos, a llamarlo Darth Vader. Eso, entre otras cosas, le molesta a nuestro protagonista y es ahí cuando el pequeño jedi estalla; entonces, un molesto Anakin agarra a golpes a quien se le cruce por delante.
-Es bravo -dice la mamá.
La madre cuenta, ahora con el rostro compungido y los brazos en jarra, que el peor drama que ha tenido con Anakin es cuando le mordió la espalda a un compañero. Le sacó un trozo de piel a otro chico. Fue algo terrible, dice. Estuvieron a punto de echarlo de la escuela.
Jazmín reconoce que ese episodio la terminó estresando; sin embargo, el niño ahora está más tranquilo, más pacífico, afirma.
En el hipotético caso de que tuviera una hija, asunto medio difícil pues ella quiere descansar de la crianza, la madre reconoce que le pondría Leia, como la princesa. Le gusta el personaje y lo que implica el nombre: Leia es una princesa que lucha por el bien de su gente.
-¿Y a usted le gustaría haberse llamado Leia?
-Sí -responde en seco la mujer.                              J            

Nelson Flores, el biógrafo de Marcelo Ríos

$
0
0


Marcelo Ríos está aburrido en la habitación de un exclusivo hotel de Nueva York. Cerca de ahí, se lleva a cabo una reunión de la ONU, y varios de los que alojan en el hotel son mandatarios de diversos países del mundo.  En el hotel también hay colegas de Marcelo que disputarán el US OPEN. Son pasadas las 17 horas, cuando el tenista le revela parte del plan a  Nelson Flores, el periodista que lo acompaña como freelance por todo el mundo. Sígueme, le dice al periodista.
Marcelo sale de la habitación con una toalla blanca en la mano; detrás de él aparece Nelson.  Ambos se dirigen al ascensor. El tenista le dice a su cómplice que le sostenga la toalla, mientras esperan el elevador. Nelson se imagina lo que vienen por el rostro entusiasta de Marcelo. Esperan. La puerta se abre; nadie adentro. Marcelo se pone la toalla en la mano para no ser captado por la cámara ubicada en un vértice de la caja de metal,  y presiona el botón de emergencia de  incendio.
El ascensor se detiene y comienza el escándalo de la alarma en todo el edificio. La gente sale con lo puesto de sus habitaciones. Marcelo y Nelson, con sus rostros llenos de risas,  descienden rápidamente por las escaleras de emergencia del hotel. En un piso se cruzan con Oscar Luigi Scalfaro, el presidente de Italia. En otro, más abajo, con un presidente africano.
Ya en la calle, la dupla de chilenos burlones ven como un equipo de bomberos entra presuroso al hotel. Desde una esquina contemplan, riéndose, la llegada del FBI.
Este tipo de acciones de Marcelo Ríos, llevan a Flores, a decir que el tenista cuando no se dedicaba al tenis era una máquina de hacer cagadas.
Y es verdad, afirma Flores desde un departamento en Antofagasta, el mejor tenista chileno de todos los tiempos era un loco.
Extraño del pelo largo
Marcelo Ríos cumplió ayer 37 años; en consecuencia muchos lo recordaron por su extraordinario talento para jugar al tenis y por su extravagante manera de ser.
Nelson Flores vivió cinco años junto a Marcelo Ríos. Puede decirse que conoce al zurdo al revés y al derecho. Toda la experiencia con el chino la vertió en “El extraño del pelo largo”,  una certera biografía del mejor momento de Marcelo (entre 1993-1998).  
La aventura de Flores surgió por su cercanía con personajes del tenis y su pasión por este deporte. En poco tiempo, la apuesta le dio la razón a Flores.
 Marcelo “chino” Ríos comenzó a ganar todo lo que jugaba y en un abrir y cerrar de ojos el zurdo se transformó en el más prometedor tenistas joven del circuito ATP.
El éxito del tenista permitió a Flores transformarse en  una suerte de relacionador público y voz oficial de Ríos.
 El periodista despachaba para varios medios nacionales, desde cualquier parte del mundo. Eran tiempos que había que esperar la señal del satélite. Flores repasa anécdotas con el satélite en Japón y otros países de Europa. En síntsis: los satélites fueron un dolor de cabeza para Flores.
El proceso siguiente para Marcelo Ríos fue de cerrar bocas. Muchos lo trataron de chato y que no tenía futuro. Ríos comenzó a encumbrarse sin mayores problemas. Tenía talento y un golpe de vista extraordinario.
El primer trofeo ATP que ganó Marcelo Ríos, fue el torneo italiano de Bolonia. Flores tiene grabada las siguientes palabras de Marcelo.
-¿Fue muy difícil para ti, ganar este campeonato?
-Para nada hice lo que tenía que hacer, no más. Ganarle a cinco huevones malos.
El tenis, las mujeres y tetris son la entretenciones de Marcelo en aquella época. Las anécdotas con chicas abundan, dice Flores.
Marcelo no daba entrevistas, pero si al frente tenía a una periodista bella cambiaba de opinión.
Todo por las mujeres
Flores recuerda que tras una conferencia de prensa una magnífica serbia le pidió a él, que la contactara con Ríos por una entrevista para la televisión de ese país. Ríos ya la había visto, así que le mandó a decir a la periodista que le daría la entrevista pero a las 3 de la madrugada en su habitación.
Al otro día, Flores le preguntó a la serbia como le había ido. La chica, toda chascona, se rió y dijo que había salido todo bien.
Flores cuenta que la presencia de la “Pata” Larraín, su polola del momento, era sagrada para Marcelo. Cuando ella llegaba a cualquier ciudad de Europa, simplemente se encerraban.
Una vez, en Mónaco, el príncipe Alberto invitó personalmente a Ríos a una fiesta que daría en el palacio Grimaldi. Ni le digo la cantidad de invitados top que irían al evento. Ríos esperó que el señor de la realeza se retirara para lanzar   a cualquier lado la linajuda invitación.
La razón para no asistir, recuerda Flores, fue que Pata Larraín llegaría a Mónaco a la misma hora de la fiesta.
Sin embargo no siempre le fue bien a Ríos con las mujeres. Uno de sus grandes sueños eróticos que no llegó a buen puerto fue con Cecilia Bolocco. El biógrafo cuenta que la ex Miss Universo siempre le despertó el líbido al tenista. En una ocasión, un Ríos algo efervescente, reconoció su gusto por la Bolocco sumando algunas palabrotas en una entrevista que dio a Canal 13. La parte de la Bolocco fue cortada.
niño engreído
El hecho de tener asumido su talento y tener todo claro desde pequeño que sería el numero 1, le hizo tener a Marcelo una actitud indolente e engreída hacia todo lo extraño a su círculo.
Una vez el famoso tenista rumano de los años 70, Ilie Nastase, le quiso pedir un autógrafo para su familia, y Ríos le dijo que más rato.
Nastase terminó furioso y nunca más habló maravillas de Ríos.
A otra gloria del tenis, Björn Borg, Ríos dijo que jugaba con raqueta de palo y no se podía comparar con él.
Flores recuerda que una vez los periodistas italianos le preguntaron a Ríos por el legendario tenista chileno Lucho Ayala. Ríos dijo que no lo conocía. Luego le preguntaron por Neruda, y el chino respondió que había leído algo de él.
A su entrenador Larry Stefanki, una vez en broma lo agarró a pelotazos. A un periodista suizo que le preguntó si estaba orgulloso de sus ancestros indígenas, le sacó la madre en plena entrevista.
Las anécdotas del díscolo Ríos suman y siguen.
Consagrar la vida al  chino le significó un gran costo familiar a Flores. Su pareja en ese momento le dijo que “parecía casado con Marcelo Ríos”. Él se separó, pero su libro, por lo menos, sigue agotado.        

El Topsy, un topless legendario de Antofagasta

$
0
0


Marcos, el señor, que coloca la música para que las chicas se desnuden, desmitifica la frase. Acá, dice, ninguna chica quiso ser monja. La clásica frase de los boliches de piluchas a la que hicimos alusión es ésta: “ella quiso ser monja, pero su cuerpo se lo impidió”.
Luego Marcos con voz sugestiva presenta a Luz Elmira, quien es conocida como “la alemana”. La rubia de facciones finas surge desde una escalera interior con Fifi, la culebra come hámster en su cuello, y vestida con un trajecito platinado que deja poco y nada para la imaginación.  Que está rica “la alemana”, es el comentario de los presentes.
 Son las 22 horas y recién comienza la noche en el Topsy, el night club más famoso de Antofagasta. Estamos en el segundo piso, tras subir la escalera platinada con algún adornito navideño.  Un señor  se instala en un cómodo sofá del segundo piso. Luego con un trago en la mano, observa fijamente los primeros movimientos ondulantes de “la alemana”. Fifi está enrollada en el cuello y parece cómoda.
En la cabina del DJ, le pregunto a éste si considera que su trabajo es uno de los mejores de la ciudad. Marcos, de 40 años y ninguna cana, afirma que claro, para algunos puede resultar un gran trabajo ver todo el rato chicas hermosas paseándose desnudas.
-¿Y no reacciona señor ante tan bellos estímulos visuales?
-Estoy acostumbrado, afirma mirando de lado y con un sonrisa en la boca.
Dentro del juego noctámbulo, Marcos es una especie de sicólogo de las chicas. Tocándose la pera, dice que las aconseja sabiamente a las niñas. Lo repetimos: nuestro protagonista conoce a las chicas como Dios las lanzó al mundo; sin embargo también sabe de las facetas efervescentes de las chicas, después de algunos tragos. Algunas se ponen hasta cariñosas, dice abriendo los ojos.
Para que usted sepa, el señor entra a las 20 horas a trabajar y sale después de las 4 de la madrugada. Sólo descansa el domingo; a veces hasta el domingo trabaja.  Está claro: al hombre le gusta su pega.
Marcos cuenta con sus dedos. Habitualmente, dice, las chicas que bailan son alrededor de 20. La mayoría son paraguayas y argentinas. Todas con el cuerpo perfecto pues lo que no hizo la naturaleza lo hizo la cirugía.
-¿Y qué sucede con las colombianas señor?
Marcos mira hacia el techo y luego a un luminoso equipo de música. Después responde esto:
-Las colombianas son demasiado problemáticas. Les gusta andar peleando y después llegan sus pololos colombianos, algunos de ellos son derechamente cafiches.
Entiendo, le respondo.
En la práctica, el trabajo de Marcos consiste en poner la música indicada para las chicas. Tiene un lista con todos los nombres y las canciones respectivamente. Por ejemplo, las paraguayas son de ritmos brasileños.
Escuchen, dice. Suena una cancioncita brasileña con bastante ritmo.  Ahora hay que imaginarse a una paraguaya meneándose. La música que caracteriza a este night club es bastante enérgica. No hay muchos lentos  como sucede en otros topless. Las chicas se sacan la ropa igual en el caño.
Ahora, “la alemana”, baila su segundo tema. Los movimientos de la odalisca crecen en sensualidad. Los aplausos aparecen cuando gira. Su perfecto trasero blanco sólo es cortado por la delgada línea del colaless. La serpiente sigue inmutable. ¿Quién fuera la serpiente? dice el señor que la observa.
Marcos dice que lo lúdico del asunto para los clientes, es imaginar que la chica que se desnuda frente a ellos es la polola que siempre desearon.
Invitando a tomar unos traguitos a la polola, los señores pueden  jurarle amor eterno. En una de esas la señorita se entusiasma y regala algún cariñito poco; algo es algo.
El dilema es que el amor tiene un costo. Es decir, compartir unos traguitos con la chica puede costar algo así como 60 mil pesos. Los señores gastan, sin embargo algunos no se controlan.
dinero
Marcos recuerda que un señor alguna vez gastó algo así como un millón de pesos en una noche. No es frecuente que se lleguen a esos niveles, pero sucede.
Otros clientes, en tanto, se enamoran de alguna chica y asisten bastante seguido al local, que se transforma como en la segunda casa.
Dice que uno de estos entusiastas clientes, fue un robusto cantante cumbianchero.
En una de sus frecuentes visitas a la ciudad, al parecer se entusiasmó con una de las chicas del local.
En consecuencia, el artista se hizo un habitué del Topsy.
 Marcos aclara que las chicas tiene claro su rol: esto es un negocio y como tal el objetivo es hacer dinero. Bajo esta idea las chicas no se enamoran de los clientes, aunque siempre habrá alguna excepción.
Una bella chica que parece interesada en la conversación, dice con acento argentino que ellas están  curadas de espanto.
Le consulto dónde está el resto de las chicas.  Queremos ver más belleza. Se ven pocas. Aclara que algunas no quieren aparecer en las fotografías.  Otras chicas se fueron a sus respectivos países para compartir con sus familias en Navidad.
Una agitada “La alemana” ahora baja del caño. La música termina. La saludamos con un beso.
-¿Te gustó?
-Muy bueno el show, pura calidad.
Son pasadas las 23 horas, y la noche comienza a encenderse en el Topsy. Los señores llegan y las chicas aparecen.
Marcos vaticina una buena jornada.    




Legendario


 El Topsy es el night club más antiguo de Antofagasta y uno de los con más vigencia en Chile.  Tiene más de 30 años de funcionamiento de manera ininterrumpida y ha sido precursor de la bohemia nocturna de la calle Condell. El Topsy siempre ha destacado por la belleza femenina y el trato cordial para con sus clientes. Para algunos clientes, el local como una suerte de catedral. 
Hoy, el local, cuenta con un show continuado de alrededor de 20 hermosas chicas striper entre paraguayas, argentinas y brasileñas, donde sobresale el baile de la culebra a cargo de “la alemana”.

Fotos: Sebastian Rojas Rojo.

Monster High de carne y hueso

$
0
0


La mayor de pelo rojizo se hace llamar Operetta y la otra, su hermana, la de cabello celeste, prefiere que le digan Ghoulia. Esta última es la hija inteligente, remarca en un tono suave, de un zombie; es decir una chica zombie que es un rayo para los números y la astronomía. Operetta, en cambio, desciende del fantasma de la ópera y en consecuencia es poseedora de un talento especial, dice y luego pestañea, para la música.
Operetta canta. Operetta, en su fantasía, baila. Sin embargo ahora está quieta; algo cansada y con un poco de hambre después de la caminata Monster High.
Ghoulia no habla demasiado pues su personaje es tímido, más bien observador.  Ambas chicas delgadas, rostro pálido y cabello liso, las hermanas Aguilera, permanecen sentadas en el patio de comida del mall, para explicar por qué llegaron a transformarse en las Monster High de carne y hueso; por lo menos, de esa manera quieren llamarse o que le digan.
Ambas alborotan el ambiente cuando pasean por las calles peatonales de Antofagasta; por esto las acompañamos en un paseo hasta el mall que puede resumirse como singular.
 Para algunas niñas fue como encontrarse con el viejo pascuero.
-¿Qué son ustedes señoritas: un juguete, un juguete con sangre o simples fans?
Operetta, algo desconfiada, pregunta por el tono de la entrevista. Luego de las explicaciones del caso, Operetta buscando su reflejo en el vidrio aclara que ser una Monster High es un estilo de vida. Luego de la tajante respuesta hay un silencio.
Al parecer, señores, estamos en el surgimiento de una nueva tribu urbana: las Monster High. Ghoulia, la más rígida, asiente con su cabeza dando la razón a su hermana. Ghoulia en realidad es Rocío o viceversa, tiene 16 años y cursa la enseñanza media. Ghoulia juega a las muñecas desde que tiene uso de razón. Las Monster High llegaron a su vida hace un par de años.
La pregunta parece darle vuelta por la cabeza a Ghoulia. La chica responde en seco que la pasión por las muñecas también se puede vivir. Elucubramos sobre el dilema en que las muñecas pasen de moda; por ahora, las chicas disfrutan. El pesimismo es para los viejos, larga la menor.
Operetta, más relajada, redondea que decidieron  cumplir un anhelo de cualquier niña o adolescente, transformarse en muñecas de verdad y llevar también alegría a las niñas que gustan del diseño de las Monster High.

Doctor Frankestein
El señor que llega con los sushis a la mesa es Johnny Johnn, a quien en este juego de muñecos con piel y uñas podemos denominarlo como el Doctor Frankestein. Nuestro amigo que se dedica al maquillaje de efectos especiales es una máquina de crear bichos raros. Se hizo conocido por armar el túnel más terrorífico de Chile en el Happy Land de Antofagasta. Cada dos meses hace una zombie walk. Sus especialidades van de las cabezas medias abolladas por efecto de algún martillazo y la sangre seca entremedio de los tajos; en definitiva el señor es un capo. Hay que decirlo: el hombre se proyecta en Hollywood; ahora está en Antofagasta.
Uno de los varios anhelos Johnny Johnn es sumar al lote de muñecas vivas a la hija de Freddy Krueger. La hija del villano de Pesadilla no está en la colección, pero el bueno Johnny dice, seguro, que la puede sacar. Jura que armará la muñeca de carne y hueso para una próxima zombie walk en Antofagasta.
-¿Y no te gustaría armar la Monster High hija de Frankestein, aunque Frankie asuste poco y nada?
Johnny responde serio: -Creo que la hija de Freddy daría más que hablar.
Operetta mira embelesada a Johnny.
En esta película de terror Operetta, sin dudas, tiene el rol principal. La chica de ojos almendrados se llama Marietta Aguilera, 19 años, diseñadora y es la novia del maquillador de efectos especiales. Antes de sacar conclusiones sobre el origen de la idea; Operetta aclara que transformarse en muñecas se hizo más fácil por su relación con Johnny. El joven delgado que parece Peter Pan, pero vestido de negro, es el responsable de todo.
Comen sushi.

¿Y Draculona?
La pregunta se repite mientras bajamos por una calle peatonal en dirección al mall. Las niñas, especialmente, se acercan tímidas a las muñecas. La escena tiene un tufo a los días de Baby Vamp, sin embargo esto es más tierno. Operetta y Ghoulia miran alrededor y a veces no tienen muy claro lo que provocan. Algunos señores le lanza piropos; otros creen que son parte de alguna de esas películas raras que se filman de vez en cuando en el desierto.
Draculona está en la casa, responde a cada tanto el  maquillador, transformado en una especie de mánager de las chicas.
Operetta y Ghoulia descienden en un intercalado paso tranquilo y nervioso rumbo al mall. Saben lo necesario de asumir su nueva personalidad.
-¿Cómo es el día de una Monster High?
Operetta responde: nos levantamos tarde. Luego buscamos en Youtube la serie de las Monster High; allí pasamos varias horas hasta que nos da hambre. Después dormimos, comemos y salimos. Una vez a la semana, en promedio, nos maquillamos como Monster High, aunque tratamos que el maquillaje nos dure hasta el otro día.
Es fácil hallar la respuesta sobre qué piensan la familia de ellas. Hay apoyo, aclara Ghoulia.
El andar de las chicas no pasa desapercibido en ningún rato.
Las Monster High disfrutan el sushi y las bebidas aunque Operetta aclara que tiene la suerte de comer de todo y no engordar. La mayoría de quienes estamos en el patio de comida padece sobrepeso. Esta vez los adultos parecen concentrados en comer que mirar al trío de chicos estetas. Sin embargo, una chica de no más de 8 años se acerca y le pide a su mamá que le saque una fotografía al lado de Operetta.
La chica sonríe.
A estas alturas nuestra amiga es toda una estrella de rock.   Mientras Operetta muele el wasabi en la salsa de soya, Johnny Johnn explica que demora cuatro horas en maquillar a las chicas. Usa un maquillaje llamado Kryolan, el mismo que se usa en las películas de terror.
 -¿Quizás en 20 años más se avergüencen o rían de lo que hace ahora?
Ninguna de las chicas responde. Las Monster High  tienen hambre y están agotadas.    

Foto: Sebastián Rojas.

Luli, la loba marina, y su domador

$
0
0
El Mauro, iquiqueño, moreno de no más de 40 años, brazos gruesos y tatuados como sus colegas que a esa hora decapitan pescado, dice que es el único humano al que “Luli”, la loba marina de 150 kilos, le recibe alimento en el hocico.
Son alrededor de las 11.30 horas de un raro día nublado de verano y el sector de locales en Caleta Coloso permanece tranquilo, en comparación a los fines de semana. Un par de perros se cruza; nos dicen después que son los “espanta lobos”. Todos nos apuntan a Mauro, del local “Rompeolas” después de preguntar por “Luli”, la renombrada loba amaestrada de la caleta.
-¿Usted señor es el novio de “Luli”?
 Mauro reconoce que es el hombre. Lo de novio no le hace mucha gracia. El señor pescador es de pocas palabras.
 El iquiqueño invita a  La Estrella a comprobar su faceta de domador de lobos marinos. Pasamos por el pasillo angosto  de  la caseta de la pescadería, donde hay unos congrios colgados  y alcanzamos las piedras. Andamos con suerte: el animal que ese momento saca a medias su ovalada cabeza oscura desde el agua, es “Luli”.
Esperen, dice Mauro, y se pierde dentro del pasillo. Luego aparece con una cabeza de reineta en la mano.  Mauro salta como rana por las piedras. “Luli” reconoce al señor y sale del agua; es un encuentro parecido a alguna antigua película de amor. Los movimientos del animal son lentos, medios atolondrados.
El Juan, de pelo largo ensortijado a lo Ley Rey, dice que Manuel es la único humano en que confía la lobita. El Juan, quien arribó de Los Vilos hace varios años, cuenta que en general los lobos de la caleta son reticentes a las personas; en consecuencia, dice que   según la experiencia lo de “Luli” es un caso especial; es decir “Luli” es una anormal. 
El Juan explica con entusiasmo que la loba es descendiente del “Tata”, el lobo marino que por varios años dominó la caleta. Los que recuerdan al “Tata” lo califican de malas pulgas; no en vano algunos niños lo agarraban a piedrazos.
Mauro va y viene en busca de pescado. “Luli”, mientras tanto, avanza hacia el local, pesada como una alfombra. 
“Luli” es media solitaria y reacia al resto de los lobos. Mauro hablando de costado pues su vista está en la loba, aclara que “Luli” sólo comparte con él; el motivo de su rechazo hacia los de su raza es pues estos la molestan y pegan. No la quieren o la quieren para otra cosa.  Quizás por esto, dice el Juan mirando como la loba entra por la puerta trasera a la pescadería, el animal optó por los humanos. Esto último desprende otra tesis del bullying: tal vez a los gordiflones machitos les moleste que “Luli” dependa de los humanos.
Por lo menos los perros hacen justicia con “Luli” pues salen como cohetes  cuando ven a los corpulentos bichos sobre las rocas. Los perros los persiguen y muerden; incluso saltan al agua. Juan dice que los lobos disfrutan la jugarreta de los perros; a veces, en el agua le pegan cabezazos a los canes y ya es bastante un “tate’quieto” con esas testas de bola de boliche.
“Luli”, el nombre, dice Mauro es por su coquetería y porque se parece a la de la televisión; mírele bien, indica. Ambas tienen todo grandecito, dice Juan abriendo los ojos.

Loba regodiona
 La aceitunada loba se esparce por el pasillo angosto. Mauro le dice algunas palabras de manera cariñosa. Luego indica al congrio que está colgado. Fíjese, dice; otro animal se lo robaría, pero “Luli” no; ella es una loba educada. Parte otra cabeza de pescado, esta vez Palometa, y se la pone en la boca a la loba. “Luli” la recoge suavemente. Luego el animal mastica y traga. La loba parece cómoda; conoce el lugar.
Luego Mauro explica que a “Luli” no le gusta el congrio. El mamífero de pelo corto y sedoso prefiere la reineta y luego la palometa, en ese orden.
Le va bien acá, agrega Juan, pues en el “Rompeola” se pela a diario alrededor de 10 cajas de reineta. La mayoría de los restos se los engulle el animal.
 Mauro dice que no hay que restarle mérito a la astucia de “Luli”, pues es el único lobo que se atrevió a compartir con los humanos para ganar alimento. De esa manera la vida la tiene fácil.
Mauro saca la cuenta y dicen que son cuatro años desde que conoció a “Luli”. “La conocimos pequeña y algo herida”, dice. “Luli” mantiene unas marcas en el cuello; al parecer la curiosidad casi mata al gato.   En algún lugar anduvo metida para que quedara de esa manera. Lo importante,  agrega Juan, es que está viva y sana.  “Luli” se incomoda con tanta fotografía. Le hace un gesto de molestia a Seba, el reportero gráfico. Mejor dejarla tranquila, dice Juan, al final es un animal y uno no sabe cómo reacciona ante un desconocido. “Luli”, al parecer se molestó, y regresó al agua.         

Foto: Seba Rojas.         

Danilo el aceitoso o el vendedor de aceite humano

$
0
0

Danilo muestra la nariz, se pellizca el rostro y luego dice que todo ese cutis terso es efecto del aceite humano.  Danilo retrocede en su historia para explicar lo de su nariz. Danilo mira al cielo y piensa. Fue cuando no tenía ni guata ni el cabello largo le caía en resortes sobre su frente como ahora. Fue cuando Danilo bordeaba los 20 años, en Santiago y no tenía idea de lo que haría con su vida.
El bus lo agarró de costado y lo salpicó hacia la cuneta. Un día después, en el hospital, Danilo entendió que el bus le había descocido el rostro entre la frente y la nariz. Ahora mantenía 10 puntos en su cara. Fue en el hospital cuando le hablaron del aceite humano para arreglarse el rostro. Buscó y probó.
Hoy Danilo que se hace llamar como “Danilo, el humano” o “Danilo, el aceitoso”, tiene 46 años y lleva 21 años vendiendo aceite humano entre Calama y Coquimbo. Quienes lo conocen pueden testimoniar que el señor es el más serio vendedor del ungüento por estas pampas. No tiene rivales.
Lo conocimos en la calle. Vocea que tiene aceite humano y de lobo marino. Reconoce que vender el asuntillo le ha traído algunos problemas; la mayoría por la ignorancia de las personas.  En Calama, por ejemplo, surgió el rumor que vendía aceite humano con Sida; en consecuencia lo funaron y persiguieron.
Disparates como el anterior son habituales en el oficio. Ni  hablar de las preguntas que le hacen por el origen del aceite. Lo único que Danilo puede decir es que el bálsamo es extraído de deshechos humanos tras operaciones.
secreto del aceite
El problema es que Danilo desconoce la fórmula. El secreto de la pomada lo cobija con recelo la señora Elena, de 80 años, quien reside en Iquique. Danilo, abriendo los ojos, dice que la mujer prometió llevarse la fórmula a la tumba; ni siquiera se la ha revelado a sus hijos.
El robusto y sonriente Danilo, dice que la crema se hace con más ingredientes que el aceite humano; algo así como seis ingredientes extras.

-¿Quizás debe echar a la juguera las grasas de las lipos con mentolato?
-No sé como lo hará, pero el resultado es bueno, según me dicen los clientes.
Además de curar cicatrices y dejar la piel como la de guagua, Danilo afirma que su producto también es bueno para la calvicie. Se toca el pelo. Danilo no parece de 46 años; hay que decirlo: se ve más joven. Con un sonrisa, afirma que le gusta la noche y pasarla bien; claro, el aceite humano le da para gastar en cervezas y otros placeres.
$5 mil
El señor vende el pequeño envase con aceite en $5 mil pesos. Para lograr resultados en cicatrices, dice como un médico, se debe hacer un tratamiento que involucra más envases. Es decir, es necesario hacerse un cliente del señor y los tiene.
El gran problema para nuestro amigo es no saber hasta cuando le va durar la señora Elena. Danilo levanta las manos, cuando le pregunto que hará con su vida cuando la mujer muera.
Por ahora, recibe la cuota semanal y hasta mensual de las pomadas. La fábrica de aceite humano de la señora Elena parece seguir adelante pues Danilo, el bello, es Og Mandino.      

Antofagastinos que combatieron en la Primera Guerra Mundial

$
0
0


Los señores que protagonizaron esta crónica, pueden considerarse como locos. No cualquier persona en sus cabales abandona todo de un día para otro, para embarcarse en una guerra; tal vez imaginaron una guerra de pasteles o avioncitos de papel.
La denominada Primera Guerra Mundial (1914-1918), también conocida como la Gran Guerra, se caracterizó por ser una guerra de experimentación química, entre otros horrores. Al final, fallecieron alrededor de 10 millones de personas.
Los protagonistas de esta historia en su mayoría eran ingleses, domiciliados en Antofagasta por motivos de trabajo.  Puede decirse que los ingleses eran un gueto asentado sobre las faldas del ferrocarril, pero con gran influencia en la ciudad.   Estos señores que superaban el millar pueden considerarse como antofagastinos, bajo la idea de que la ciudad es un hotel de inmigrantes. La moda de ir a la guerra también contagió a  naturales o descendientes de alemanes, franceses, belgas y hasta chilenos. En el Club Inglés que estaba en la calle Bolívar, por ejemplo, se leía que  más 300 chilenos partieron de este puerto a incorporarse a las filas aliadas.
En una página de Internet del FCAB se habla de cien los ingleses que partieron desde esa empresa y que 34 murieron; en el museo de la firma se hallan los nombres de esos voluntarios.
La mayoría de los señores nunca regresó a Antofagasta y quizás ni los extrañaron; los sobrevivientes se quedaron en Europa. A la mayoría se les perdió el rastro.
Por ejemplo, el sábado 2 de febrero de 1918, en el Mercurio de Antofagasta aparecía el siguiente extracto: Ayer falleció repentinamente, a bordo del crucero inglés “Lancaster”, fondeado en la bahía, el fogonero 1o. irlandés R. Burns (católico). En la mañana de ayer sufrió un síncope cardiaco. Los funerales se efectuarán hoy a las 9 a.m. Asistirán los miembros de la tripulación, además de la banda de músicos. Presidirá el acto el comodoro Mr. P.H. Colomb, Jefe de la División Naval Inglesa del Pacífico, que iza su insignia en el “Lancaster”.
La Gran Guerra, aunque usted no lo crea, también se peleó en Antofagasta.  De  la Casa Gibbs, por ejemplo, se ha escrito un par de veces que allí “penan”, sobre todo en el sótano donde habrían sido depositados los cadáveres de algunos soldados ingleses de la Primera Guerra Mundial. Se trata de militares que quedaron en custodia hasta su retiro y traslado a la madre patria en otra nave.
fútbol inglés
Sin embargo es el fútbol una instancia que de forma sombrosa rehace parte de  la aventura de los ingleses. Para tal efecto, indagamos en los archivos del señor José “Pepe” Ledezma, reconocido periodista deportivo de la ciudad.
De esta manera el señor Ledezma, dice que la historia de los primeros clubes está marcada por los ingleses y el éxodo de estos a la guerra.  
Revisemos:
En 1910 el club Britania se corona campeón del primer campeonato de fútbol federado en la ciudad. Competencia, a juicio de Ledezma, bien organizada, con diez equipos a dos ruedas. Al término de la primera, el Santiago Wanderers, con nueve derrotas, se retira de la justa. No eran los favoritos, pero los albicelestes, con un equipo cohesionado y de mucho espíritu de lucha, se hicieron del trofeo superando a Unión Coquimbo, en cerrada lucha. También se lleva el premio al equipo más disciplinado. Su alineación titular forma con: Eleodoro Rodríguez; Francisco Gallardo y Julio Meneses; Luis Esquivel, Segundo Varas y L. Nichols; Enrique Salazar, Domingo Díaz, Carlos Morales (capitán), Julio Martínez y Vicente Valdés. Reservas, O. Cañete, R. Ledezma, A. Morales y A. Gaete.
 Ledezma afirma que Britania fue fundado el 7 de marzo de 1907 por el personal criollo del FCAB. Las reuniones se realizaban en la casa de su presidente en Riquelme 537. Su radio de acción era de Riquelme a Bolívar, por Latorre y hasta Matta y por Iquique hasta Zenteno. Sus mejores valores eran Gallardo y Salazar, seleccionados en 1910 y Varas, Salazar y Morales entre 1912 y 1913, en que vistieron la casaca blanca y celeste, adoptada por la Liga como homenaje a su primer monarca.
el Antofagasta United
  Los súbditos ingleses tenían, desde 1907 aproximadamente, un club que se llamaba Maestranza y cambió el nombre a Ferrocarril para competir en la Liga.  Otro “en que se hablaba en inglés” fue el Antofagasta United, con personal de las agencias aduaneras, comercio y otras entidades con personal foráneo. Algunas alineaciones tipo fueron: Maestranza. Sinclair; Weetman y Jack; Bates, Sawyer y Hudson; Tustain, Brambley, Cherry, Ward y Hood. Suplentes, Inch, J.R. Ratta y Elliot. A. United. V. Christie: Rickets y Lawson. Bird, Brent y Newbury; Griffith, Burke, Clarke, Lomax y Duncan. Otros, Thompson y Murdin. Entre los árbitros figuraban Carlisle, Brent, Brown, John, Clarke, Burke, Cavagnola y otros.
 La influencia inglesa se mantuvo hasta 1914. El inicio de la Gran Guerra se llevó a  los extranjeros de naciones europeas al Viejo Continente. El Ferrocarril solo aportó más de un centenar. Sin contar los nortinos que se enrolaron en buques mercantes que llegaban a nuestros puertos. Y muchos de ellos dejaron sus huesos en los campos de lucha, como el multifacético Sidney Burke y el joven Samuel Ratta, integrantes del equipo de la AFA, campeón nacional amateur en 1913.
En 1918, tras un breve receso, se refunda el Ferrocarril F.C., incorporando a todo su personal, llevándose a mucha gente del Britania, como un joven Sebastián Sandoval como dirigente, que muchos años después sería pilar en el reingreso del Britania a la Asociación. Muchos de sus jugadores se fueron a otros clubes, sobre todo a los nuevos que surgían, lo que obligó  a su receso en 1936. En 1947 postulan a la AFA pero no son aceptados. En 1962 lo consiguen, con un Sandoval ya entrado en años y se mantienen entre diez a doce temporadas en la organización antes de desaparecer definitivamente del fútbol federado.
 “Un club que quiso ser grande, pero no pudo por la contingencia, pero que siempre destacó por la corrección y, por supuesto, su logro de primer campeón perdurará para siempre. Eso no se podrá olvidar”, afirma Ledezma.        

la viuda alegre de Antofagasta

$
0
0


Pare, aquí manda esta huevoncita. La frase está escrita en un letrero adherido a una de las paredes del local. A un costado del cartel está la dueña del rancho, Mirza Cifuentes Sáez, más conocida como la “viuda alegre”.
La señora de mirada luminosa y rostro tranquilo aclara que el cartelito fue confeccionado a propósito, para que claro, dice con voz suave y delgada, nadie se pueda sobrepasar. Aquí mando yo, recalca, ante la mirada de su hija y la curvilínea garzona boliviana, Erika.
Ningún varón acompaña a la viuda por los pasillos del local a pesar que los fines de semanas su  negocio se atiborra de parroquianos. De madrugada aparecen los peregrinos que llegan con el bajón de hambre. Un sábado cualquiera la picada de la viudita puede estar disponible hasta las 5 de la madrugada.
Mirza aclara que los chicos se portan bien; algunos son conocidos del barrio. Los principales clientes, en tanto son faeneros de la minería que habitan en pensiones. La viuda dice que estos señores mineros, algunos robustos, no quedan satisfechos con facilidad. La mujer dice que, por lo menos, los señores de cuero duro salen contentos de su comedor y eso ya marca un precedente.
La “viuda alegre” es un popular restaurante que evoca esas quintas de recreo de antaño, ubicado en la calle Radomiro Tomic 7934. Para que se ubique señor: un par de calles más arriba y yendo hacia el sur se expande la encendida feria Las Pulgas, con todas sus imperfecciones y cachivaches.
 Llegamos a las fauces de la “viuda” por una serie de buenas recomendaciones; una de éstas precisa que adentro preparan el mejor pescado frito de Antofagasta; un batido dorado que parece oro. Otra sugerencia describe las pantrucas y una última, propone que en local se puede pasar una tarde de verano pidiendo cervezas bien heladas. Los televisores con fútbol son excusa para los shop.

no viuda, separada
A estas alturas usted puede deducir que el nombre del local, le derivó el apodo a la señora Mirza Cifuentes.
Sin embargo la señora que manda no es viuda; más bien separada, aclara sonriente.
La idea de llamar al local de esa manera, dice Mirza sentada frente a su imagen replicada en un espejo, se produjo en la municipalidad cuando desarrollaba los trámites para los permisos. La baraja de nombres comenzó a revolverse hasta que halló la opción de “Viuda alegre”. El nombre pegó de inmediato, dice Mirza, y luego se hizo popular en el sector. La mujer se levanta de la silla para que nos adentremos en su negocio.
En el interior del local se reparten mesas con manteles de hule; detrás está la cocina donde una señora, la cocinera, se esconde ante la cámara fotográfica. La garzona colombiana, morena, también es esquiva. Al final es Erika Toledo, de Santa Cruz de la Sierra, quien propone algunas ideas para las fotos.
Erika cuenta que es comunicadora social,  pero no tiene validado el título en Chile y por eso no ejerce su profesión. En Bolivia dice haber trabajado en la radio Disney.
La delgada Erika con su voz sutil dice que, por ahora, está cómoda junto a la “viuda” aunque le gustaría regresar pronto a la radio. Nos pide que la ayudemos en el mundillo de las comunicaciones locales. La Estrella responde que hará lo posible.

Pescado y pantrucas
La viuda se sienta y comenzamos a degustar los platos. La colombiana llega primero con una ensalada que la absorbimos como si fuera agua mineral.
-¿Y no le han aparecidos galanes engallados por la cerveza?
-No falta el patudo, pero yo los detengo en seco.
Señoras y señores, ahora es el turno de las pantrucas. Erika transporta un caldito en un plato hondo, generoso; no parece algo apropiado para el verano. Sin embargo el comedor es fresco. Probamos.
Las pantruquitas son delgadas, suaves. Se adhieren bien al paladar. Un huesito carnudo pone el gustillo al caldo. La carne picada se mezcla con la masa; rico.
-¿Algún rey de la pantruca, que le pida más de dos platos?
-Hay un señor, un minero, que se repite y repite el plato de pantrucas. Calculando las veces se ha llegado a comer en un almuerzo algo así como cuatro platos de pantrucas; creo que él tiene el récord.
-¿El guatón de las pantrucas?
-Es más bien delgado. Algunos flacos comen más y no engordan.
-Eso es verdad, señora.
El lado que espera en el estómago está destinado para el célebre pescado frito.
Lo que trae la colombiana con creces llenará a la lombriz. La chica deja el plato y luego dice la clásica frase de los garzones colombianos: con mucho gusto.
Las lenguas de pescado tienen ese tostado áureo del que tanto hablaron.
-¿Cuál es la técnica, señora?
-El batido para la reineta se hace con clara de huevos, cervecita, algunos mejunjes y harto cariño; ese es el secreto de la viuda.
-¿Compra el pescado usted, lo elige?
-Me lo traen. Pido siempre pescado fresco. Nunca hemos tenido problemas.
La dama dice que el plato que estamos degustando tiene un costo de 5 mil pesos, y puede decirse que es especial dentro de la carta.
El menú, en cambio, que incluye dos platos, bordea los 3 mil pesos.  La viuda dice con vehemencia que desde su local nadie sale hambre. La Estrella se retira redonda.

Foto: Sebastian Rojas Rojo.

la imagen que molesta

$
0
0


Un día aparece una descuartizada pintada en un muro. Lo pintado no deja nada a la imaginación. Se abre un debate. Los medios festinan. Se habla de provocación. Un colectivo de artistas celebra llamar la atención de los medios. El graffitero explica lo que no necesita más comentario. La imagen está más clara que el agua. 
Se habla de violencia intrafamiliar. Se habla de la censura y de lo que sociedad quiere ver o no ver. Se habla de doble estándar.
Por ahí surge una certeza: el mensaje subliminal de Tarantino es la violencia intrafamiliar. Sí; Kill Bill es en el fondo una película contra la violencia intrafamiliar. El trasfondo de Hostel, la película producida por Tarantino, es para alertar sobre los peligros en las vacaciones.
Las películas violentas son premiadas por la academia y marcan récord de taquilla. A la academia le interesa el trasfondo. 
¿Qué dirán los niños? Se pregunta un señor. Si los niños matan de mentira en el Playstation, le responde otro señor. Los dibujos animados están violentos, concluye otro señor ¿Conoce usted a los padrinos mágicos? Timmy Turner parece un cocainómano. Para los niños esa imagen puede ser tan familiar como la del juego o del dibujo animado. La pregunta es para que exponer a los niños a un tipo de expresión artística tan mísera, si hay mejores.
Para no complicarse los padres pueden explicar con metáfora el asunto. Eso es un jardín hijo. De manera poética se puede adornar lo menos estético. De manera poética se puede hasta hallar una flor en una muralla gris; sin embargo la muralla de Av. Argentina con Homero Avila, en Antofagasta, lo absorbe todo como  si fuera un resumidero.
Otros recordaron con la imagen el horror de los 70; otros, al niño llorón.
El debate sigue. El colectivo de arte celebra que el debate continúe. El arte debe intranquilizar; remover las redes sociales. La imagen se expande como tumor por las redes sociales.
Alguien por Twitter se acuerda de Adriana Varejão. El tuitero dice: El grafitti de la descuartizada se parece a los trabajos de Adriana Varejão. La gran diferencia es que las carnes de Adriana traspasan la aprobación o el rechazo, y proponen la reflexión.
La muralla pintada molesta pues sonsaca emociones básicas y eso es muy poco, para algo con la pretensión de arte.   

foto: obra de  Adriana Varejão

hija de perra se operó las tetas en un país tercermundista

$
0
0

La joven conocida en el ambiente alternativo como “hija de perra”, está sentada en una mesa de un café en la peatonal Prat,  sin maquillaje y  con esa cara que unos denominan “de poto”. Nadie reconocería que la chica es  una diva del ambiente “under” capitalino. Nuestra amiga es también la musa del director de películas bizarras para el común de los mortales, Winci, señor de finos y coquetos bigotes, que está sentado a la derecha de “hija de perra”. Nos acompañan en esta entrevista los chicos del colectivo Gabinete de Quijote, responsables de la presencia de la niña y el director de cine.
  La Estrella le dice a “hija de perra” que su estilo recuerda a las Yeguas del Apocalipsis, el colectivo de Lemebel y Francisco Casas, de finales de la dictadura. Nuestra protagonista dice que los señores académicos le han dicho que jamás se podrá comparar con las yeguas. Lo que hace,  argumenta, es inocente, pues está en otro contexto y no en una dictadura, ¿cachai?.
-¿Te gusta el reconocimiento?-
-Ya llevo 12 años en esto y me gusta ser reconocida. Empecé en Santiago, Valparaíso y he recorrido Chile; estuve en Buenos Aires, Mendoza y ahora en Antofagasta. Lo que me agrada del personaje es que soy multidisciplinaria.
-¿Cómo es eso, explíquese señorita?
Hija de perra me mira con los ojos salientes la barbilla y responde:
-Aparte de realizar la actividad performática (remarca las sílabas), también hago “electro mugre”,  cine, escribo y doy exposiciones en las  universidades sobre género, especialmente en la Chile; como le decía a los niños en la Católica me censuran.
Electro mugre
Hija de perra es una chica cotorra. Winci, silencioso, observa bajo unos lentes sol cómo su estrellita habla.
-¿A qué le denomina electro mugre?
Electro mugre, repite hija de perra. Es como electro pop, dice con la cabeza ladeada. Winci interrumpe y le dice a la chica que es un término inventado por ésta. Hija de perra explica que el cantante Delfín, el ecuatoriano, hace electro mugre pues eso no es electro pop, sino que electro mugre, ¿cachai?.
-¿Y el gordo coreano que le canta al caballo?
-El coreano es elegante, no es trash (basura). El electro mugre es una corriente grande que se gestó en España, con grupos como Putilatex o Súper Puta que hace estas mugres. Putilatex ahora tuvo un problema con el gobierno español pues hizo una canción anti sistema y el gobierno la prohibió; con ese gobierno que tienen esos huevones ahora.
-¿Señorita, cómo desembarcó en el cine?
-Empecé participando en cortos de la escuela de cine y de ahí salté a una película que se llama Los Bastardos, de la escuela. Después estuve en Hembra, que se estrenó hace muy poco y soy protagonista de Empanada de pino, película de Winci.
-¿Cuente su experiencia con la película Empanada de pino?
Nuestra amiga pestañea rápido y dice:
-Empanada ha viajado por el mundo y gracias a ella he podido estar en varios festivales y pavonearme; como también cagarme de calor en Argentina y yo con peluca y prótesis, asqueroso (Winci ríe).
 -¿Y cuánto te demoras en maquillarte?
-No me hagas esas preguntas. Lo que pasa (se entusiasma) que en el rumbo que tomé en mi trabajo llegó un minuto (piensa) antes lo  hacía por amor a la inmundicia, y pensé que lo  que estaba haciendo es un acto político. Pasa que no hay espacio para quien se sale del sistema binario de género. Si no eres hombre o mina, eres una cosa rara que no tiene espacio; me gusta reivindicar al travesti como travesti, no hay un hombre detrás ni tampoco una mujer.
Simonetti y Morandé
-¿Y qué le parece la postura de gay perfumado del  señor escritor, Pablo Simonetti?
-El señor Simonetti higieniza al homosexual y lo aleja de lo sexual. Lo pone como una persona asexuada para que la sociedad lo acepte. Lo positivo que hace este señor es que saca del clóset que usan perfumes y se visten en Zara; antes se las daban de hetero y ahora se dicen gay con valentía, eso es lo bueno de Simonetti.
 La sociedad dice (arrastra la voz) que el homosexual es tan caliente que se pega el sida, como dice el Kike Morandé.
-¡Kike Morandé señor!
-Es una basura. Ese programa es una estructura del patriarcado y ponen al homosexual como el chupador constante.  Hay mujeres y hombres que lo chupan por igual; nosotros no tenemos la exclusividad de chuparlo. Pasa que el Kike Morandé es un festival travesti. En el programa, la mujer es objeto y el hombre el patriarca, el dueño del fundo.
El tema de género le inquieta a Hija de Perra.  Dice que el sistema binario es como una pirámide. Explica que en la punta está el hombre por efecto del patriarcado. Así, por ejemplo, todos los saludos son masculinos.
-¿Entonces, usted hija de perra cómo saludaría?
-En vez de buenos días a todos, digo buenos días a todas, cachai.
-Entiendo-
-¿Cómo es su relación con los periodistas, pues usted es un personaje que provoca cosas raras?
-Mucha gente cree que soy asesina como en la película. En una rueda de prensa después que se exhibió empanada de pino, los periodistas salieron arrancando. Se supone que hacen preguntas los gueones (gesticula), pero salieron arrancando y yo tratando de detenerlos, cachai. Después salió una periodista que quiso sacar una cuña, y nos tomamos un té con ella. Me decía que la reacción de los periodistas era como después de ver El Exorcista y estuviera Linda Blair después en la sala (Winci ríe), cachai.
 Winci agrega que con el estreno de “Otra película de amor”, generalmente ven la película y se van. No están ni ahí con la entrevista ni nada; sólo se interesa que le pasen el comunicado de prensa.
Viste, súper bien hecho el trabajo, afirma hija de perra masticando las sílabas. Esa es mi relación con el periodismo, dice. La Estrella defiende al gremio y dice que tal vez a los colegas le falte motivación; simple: luquitas.
 -¿Y te preguntan por las tetas?
-¿Dónde te operaste las tetas? Me dicen. Tengo tantas cosas que hablar y me preguntan esa boludez, cachai. Una vez dije que me había operado en un país tercermundista, y ponen eso, de titular: hija de perra se operó las tetas en un país tercermundista.    

Chichi, la nana transexual

$
0
0






La señora Margarita tiene 80 años y siete hijos. Reconoce que se sacó la lotería con Chichi, su nana. Eva Anastasia, de piernas largas, párpados pintados de un tono violáceo y lomo de cargador de feria, es Chichi, de 30 años, la protagonista de esta crónica. Puede decirse que Eva Anastasia es la nana más codiciada de Mejillones.
En la ciudad de alrededor de 10 mil habitantes todos saben que con este tipo de nana uno asegura un aseo cabal. La pronunciación del nombre exprime sonrisas, pero todos coinciden en que es una chica sana y que no se prostituye; un bicho raro entre los transexuales del puerto, acotan.
Sin embargo, a muchos mejilloninos les gustaría experimentar con este nuevo biotipo de nana, que mezcla la fuerza del hombre y la delicadeza femenina.
Chichi, con un metro 70 y algo, afirma la señora Margarita con tono de comercial televisivo de cera líquida, llega hasta donde otras nanas no alcanzan. Con sus zapatos con tacos, la chica se estira hasta alcanzar una figurita de porcelana en lo alto de un estante. Responde que está acostumbrada a desarrollar las labores domésticas con ese tipo de calzado.
La señora, que a estas alturas no limita los elogios para su nana, agrega que una de las características de la mujer es que siempre está bien arreglada.
Chichi, que a ratos se parece a Luli, se acaricia el rostro como para decirnos que está terso. Luego se lleva la mano a sus piernas lampiñas; ningún pelo duro, aclara, cortando el aire con las manos. Los volúmenes en sus pechos son consecuencia del consumo de hormonas, dice.
Chichi saca pecho. Dice que la silicona sólo la ha utilizado para los labios. Se aprieta la boca y nos pregunta cómo quedaron. No parecen de silicona, le decimos; ella pone cara de extrañeza.
Para este encuentro, Chichi se hizo un peinado especial. Los agasajos le hacen ganar confianza, ya no es la misma chica tímida que nos abrió la puerta. Eva Anastasia le hace caritas al fotógrafo. Luego lo invita a que la inmortalice haciendo las camas, terminando el aseo de la cocina o lavando los platos.
La señora Margarita dice que, si no fuera por el detalle de la  voz áspera, nunca se daría cuenta de que Chichi nació como un varón. “Para mí ella es una mujer”, aclara la señora con el rostro ladeado.
piropos
Chichi otra vez se encarama sobre sus tacos y dice que pasa el metro 80. La altura claramente la obsesiona. La señorita pasa el trapero con más fuerza; prueba de esto, afirma sonriente la señora, es que el piso de la casa siempre permanece brilloso; a veces como un espejo, lindo.
La Estrella acota que  Chichi es la verdadera Míster Músculo. Nos exhibe sus brazos tonificados de tanto sacar brillo. Insiste en que le saquemos fotos en la playa con su nuevo triquini.
-¿La piropean mucho cuando va a la playa con su triquini?
Chichi deja caer su mano hacia delante y afirma:
-Estoy acostumbrada a los piropos (pestañea).
Los ajiacos de Chichi
Otra cualidad de Chichi es la cocina; el ajiaco es lo mejor que prepara. Tiene una sazón especial, de buena cocinera, afirma Margarita, quien luego va en busca de un álbum fotográfico.
Chichi alardea que también se la disputan para cuidar niños y ancianos. Cuenta que comenzó en estos quehaceres con un matrimonio que le confió el cuidado de sus hijos. Reconoce que ese momento le hizo pensar seriamente en la posibilidad de ser madre. Sin embargo, para llevar a efecto ese anhelo debe transformarse en mujer; el dilema es que debe juntar alrededor de cinco millones de pesos. Eso vale la operación en Valparaíso, con el experto en ese tipo de cortes.
Chichi explica la operación con sus manos y reconoce que no le da miedo perder tanta sangre. El asunto es que quedará operativa como una mujer y eso la reconforta; el dolor tendrá su recompensa con el placer, dice arrastrando la voz.
La señora Margarita, que se mueve con dificultad, nos exhibe sus fotos con personajes del circo show de Timoteo. Dice, con una entonación de nostalgia, que le gustaría que Chichi fuera una artista. Eva Anastasia hace unamueca de disgusto y afirma, con tono seco, que ella es más bonita que las feas del circo.
-¿Y algún anciano se le pasó para la punta, señorita?
Chichi se queda pensando y Margarita, responde:
-Muchas hombres la miran desde la reja, es que Chichi tiene unas piernas hermosas, contorneadas (Chichi abre los ojos).
El segundo punto para concretar una familia es buscar pareja. Por ahora, Chichi está soltera, después de una relación que no terminó de la mejor manera. No entra en detalles. Redondea que le gustaría tener una pareja, un marido, y no un amante. Está aburrida que los hombres no la tomen en serio; la toman como una simple amante y después la botan.
Entre risas, Chichi reconoce que a muchos hombres les gusta experimentar con ella, “pero yo siempre hago de mujer”, dice. La señora Margarita asiente con la cabeza y afirma que su trabajadora merece lo mejor: el amor y una familia como debe ser. Eso sí, dice la entusiasta abuelita, extrañaría mucho a Chichi si la abandonara.
Margarita recuerda que una vez la extrañó demasiado cuando Chichi la dejó por un tiempo. Ambas, junto a una hija de Margarita, han permanecido por alrededor de dos años viviendo en la casa del pasaje Angamos.
Con tanto empleo relacionado a la minería o al puerto en Mejillones, a nuestra protagonista se le abrió el apetito. Dice que postuló para el puerto en un cargo para la portería, pero no le fue bien.
Ella aduce que la discriminaron por ser como era. “Me dijeron”, afirma con un tono soprano, “que podía volver locos a los hombres”.
En consecuencia, declara segura, ante la discriminación de que son objeto los tran sexuales, una buena opción para quienes desean llevar una vida sana es trabajar como nana, “pues podemos transformarnos en unas súper nanas”.

Fotos: Seba Rojas.
Viewing all 156 articles
Browse latest View live